Vitoria. Dentro de tres semanas el Buesa Arena comenzará a recibir a sus nuevos vecinos. No serán los aficionados del Baskonia ni los jugadores del conjunto vitoriano. A partir del 7 de marzo -fecha prevista para el inicio de su ampliación- el pabellón de Zurbano convivirá con grúas, escaleras provisionales, pasarelas y operarios. Desde ese momento, y durante al menos quince meses, emulará a la Catedral de Santa María y permanecerá abierto por obras. Los espectadores del Caja Laboral sufrirán las molestias que todo proyecto de semejante magnitud conlleva. Hasta final de temporada se reducirán aparcamientos y deberán acceder al interior del recinto a través de seis pasarelas levantadas para la ocasión en los alrededores.

Así será hasta que, allá por el mes de junio, el cuadro azulgrana dispute su último partido de esta campaña en la capital alavesa. En octubre, cuando arranque el curso 2011-12, los socios de la entidad baskonista tendrán que trasladarse a un hogar temporal -previsiblemente la plaza de toros- durante un mínimo de tres o cuatro meses. En enero de 2012, la empresa adjudicataria -una Unión Temporal de Empresas entre Lagunketa, Zikotz y Giroa- se ha comprometido a disponer del recinto con capacidad para 9.000 espectadores. Habrá que aguardar hasta junio de 2012 -las obras se compaginarán con la competición hasta entonces- para que el Buesa Arena del futuro quede inaugurado oficialmente, ya con 15.290 espectadores en sus gradas.

Estos días, la ganadora del concurso público para la ejecución de la reforma del Buesa trabaja para lograr llegar a tiempo al pistoletazo de salida. Los plazos previstos, ajustadísimos, no dejan margen de error. Cualquier problema burocrático o imprevisto de última hora retrasarían irremediablemente los tiempos. Por el momento, la fecha del 7 de marzo se mantiene como punto de partida para un proyecto faraónico que tendrá uno de sus puntos álgidos en el traslado de la actual cúpula a una nueva ubicación -cuyo destino difiere del previsto inicialmente y que aparece en las imágenes que acompañan a este texto- y su sustitución por una corona de doce puntas. Y es que la cúpula será finalmente levantada a ocho metros de altura en el extremo opuesto al BAKH, en lugar de situarse a medio camino entre la Ciudad Deportiva y el pabellón, como estaba previsto. Pero eso no sucederá hasta junio.

traslado de la cúpula Antes, en apenas tres semanas, seis grúas rodearán el Buesa y en sus aledaños comenzarán a colocarse los pilares sobre los que quedará sustentada la cúpula. Las pasarelas evitarán que los espectadores pisen la zona de obras, ya que se accederá a la cancha a través de ellas, desde el perímetro. En abril empezarán a atisbarse las doce torres que con el tiempo se convertirán en una de las señas de identidad del recinto, así como la estructura sobre la que se ubicará la cúpula. Dos procesos que continuarán hasta junio, cuando está previsto que, en función del día en el que el Caja Laboral finalice la temporada -mediados de mes si llega a la final de la ACB-, arranque el traslado de la cúpula. Será entonces cuando dos enormes grúas móviles extraerán el actual cobijo del pabellón y la desplazarán hasta su nueva ubicación.

La climatología de ese día será clave, hasta el punto de que el proceso no podrá llevarse a cabo si las condiciones del tiempo -especialmente el viento- no son totalmente favorables. Ya en julio y agosto, con el Buesa desguardado, los operarios trabajarán en la nueva estructura que cubrirá el multiusos, si bien ésta podrá vislumbrarse desde las primeras semanas puesto que su ejecución se llevará a cabo en los alrededores del Buesa. En otoño, el futuro feudo baskonista comenzará a adquirir su forma definitiva hasta que en enero de 2012 el conjunto azulgrana pueda regresar a jugar sus partidos con 9.000 espectadores en sus asientos, siempre que no se produzcan imprevistos. No será hasta junio de 2012 cuando el pabellón quede inaugurado con 15.290 asientos. Será la culminación de un exhaustivo lavado de cara para el que se convertirá en el reluciente hogar del Caja Laboral -además del ansiado recinto multiusos para la capital alavesa- durante los próximos y largos años.