Jordi Trias, un jugador al que Dusko Ivanovic moldeó MVP de la Copa, aseguraba ayer que si el DKV Joventut hace las cosas bien "tendrá opciones de alcanzar las semifinales". Desde fuera no da esa impresión. La Penya afronta esta tarde el que parece el duelo más desigual de los cuartos de esta edición copera. Y no sólo por la entidad del rival, el todopoderoso Barcelona de Xavi Pascual, un equipo que se enfrenta a la historia, a 23 años sin que se repita campeón, sino también por el estado en el que llega a la cita de Madrid. Sin Henk Norel y, sobre todo, sin Carl English, las opciones del cuadro verdinegro se reducen a la mínima expresión ante un rival que, aunque no brilla como hace doce meses, aparece como el gran candidato al título.
Mientras que Pepu Hernández ha tratado de convencer a sus pupilos de la existencia de los milagros, el mayor problema al que ha tenido que hacer frente su homólogo en el banquillo blaugrana ha sido al overbooking de estrellas. La recuperación de Pete Mickeal, héroe del torneo hace dos años en esta misma ciudad, ha obligado al preparador catalán a tomar la difícil decisión de a cuál de sus extracomunitarios dejaba fuera de la convocatoria. Bendito problema. Al final se ha decantado por dejar las cosas como han estado en las últimas semanas. Morris y Anderson siguen en la casa. Mickeal ha sido el nominado.
Con estos mimbres, que son muchos, Pascual tratará de finiquitar por la vía rápida el duelo. Intentará el preparador catalán dosificar las fuerzas en un torneo que no concede treguas. Si el Barça cumple con el guión, en apenas veinticuatro horas deberá afrontar una nueva cita.
Para evitar lo inevitable, el Joventut deberá sacar a relucir las señas de identidad que lo han acompañado, ya no esta temporada, sino toda su historia: aplicar una defensa agresiva e imprimirle velocidad a las transiciones. Aun y todo, el equipo blaugrana posee un arsenal interminable. Al margen de su terrorífica batería interior, el recién llegado Alan Anderson ha demostrado en unas semanas que puede aportar muchas cosas positivas al actual campeón continental. Y si todo lo demás falla, siempre quedará la magia de Ricky y Navarro, que se ha conjurado para ganar por fin el MVP de este torneo.