Vitoria. El plácido transitar del Caja Laboral a través de la Euroliga contrasta sobremanera con sus urgencias continentales. Tras el inesperado tropiezo ante el Zalgiris, el margen de error comienza a reducirse. Nadie contempla al equipo vitoriano fuera del Top 16, pero el terrible calendario que le aguarda a corto plazo con dos explosivas salidas a Belgrado y Tel Aviv así como la igualdad de su envenenado grupo obligan a ponerse las pilas cuanto antes para ir reservando el pasaporte hacia la siguiente ronda.

Con cinco equipos en un pañuelo y un puñado de enfrentamientos directos que irán definiendo la composición exacta del grupo aún por jugarse, el Baskonia afronta hoy la primera oportunidad de enderezar su rumbo en el peor escenario posible. El duelo en el Pionir de Belgrado, donde habita el siempre temible Partizan, servirá para clausurar una primera fase continental que, si bien arrancó de manera inmejorable, no arroja hoy en día un envidiable balance para los alaveses.

Tras el paseo militar en Zaragoza, el conjunto serbio representará una buena piedra de toque para evaluar las pulsaciones azulgranas. Pese a haber perdido buena parte del sólido esqueleto (McCalebb, Maric, Vranes, Rasic...) que posibilitó su clasificación para la pasada Final Four de París y ya sin el maestro Vujosevic en el banquillo -relevado por su asistente de toda la vida-, su asombrosa capacidad para regenerarse ha vuelto a quedar patente aún a costa de inundar el vestuario de más extranjeros de lo habitual. Tras un inicio titubeante, su rendimiento en las últimas semanas está subiendo como la espuma. Y, alentado por el apoyo de su sexto jugador, su veneno resulta mortal de necesidad.

A su pareja de estadounidenses, compuesta por el base Lafayette y el ala-pívot Gist, añade una auténtica roca en la zona como el australiano Jamai, llamado a protagonizar un combate de alto voltaje con Barac. De la vieja guardia se mantiene el ilustre Kecman y Vesely, la última joya de la corona a la que el presidente Predrag Danilovic extraerá óptimos dividendos con su inminente salto a la NBA. El concurso de Haislip, aquejado de un esguince en su tobillo izquierdo, se mantiene en el aire.