Un nuevo ataque contra uno de los contenedores situados en la calle La Paloma, ubicada en la parte trasera del Museo Artium, sobresaltó este lunes a los vecinos de la zona.

El Ayuntamiento de Vitoria ha intentado poner fin a esta situación cambiando uno de los contenedores de plástico más damnificados por uno de metal, pero los causantes de estos actos han optado esta vez por destruirlos desde dentro, introduciendo en el interior del contenedor gris de los residuos de metal un artefacto explosivo.

De esta forma relató uno de los vecinos su reacción al escuchar el estruendoso ruido sobre las 12:30 horas: “ Yo me encontraba haciendo un trabajo para la universidad. En un momento dado del mediodía escuché un sonido parecido a una explosión, y aunque no me asomé por la ventana, supuse que iba a ser algo relacionado con los contenedores".

Principios de marzo

Los contenedores de esta calle están en el punto de mira de uno o varios individuos que, a diferentes horas del día se dedican a arremeter contra ellos, ya sea derrumbándolos o directamente prendiéndoles fuego.  La imagen que le ha compartido un vecino a DNA es del día 17 de marzo, cuando fotografió el momento preciso en el que un contenedor ardía en llamas sobre las 21:30 horas. 

Contenedor en llamas Vecino de la Calle la Paloma

Hartazgo de los vecinos

Una de las hipótesis que barajan los vecinos tiene que ver con el hecho de haber desplazado los contadores del lugar unos 10 metros, dando a entender que estos ataques podrían ser parte de una reacción ante la decisión tomada.

Por otra parte, otro vecino cuenta su preocupación ante esta situación: "Se ha generado un malestar entre los vecinos, y estamos bastante molestos porque tanto el ataque de ayer como los anteriores se han realizado en contenedores que están muy próximos a los coches y a las viviendas. Nos preocupa que estos incidentes puedan llegar a causar un daño de mayor escala". 

Todavía no se sabe quién o quiénes están siendo los autores de estos actos vandálicos. Debido a esto, los vecinos están inquietos a la espera de saber cuándo se producirá el siguiente incidente, si finalmente este acaba llegando. Los vecinos apuntan que estos sucesos ocurren única y exclusivamente los fines de semana. Teniendo en cuenta esto, varios vecinos proponen el despliegue de efectivos de la policía para patrullar la calle o bien la instalación de cámaras de seguridad en la zona.