Los trabajadores de las instalaciones deportivas públicas de Vitoria, monitores, cancheros o socorristas, se han cansado de esperar a una mejora de sus condiciones laborales que no llega desde hace más de tres años.

Así lo advierten Imanol González, representante del sindicato ELA en el sector y hasta hace un mes delegado de la central en el comité, y Bittor Gonzalez, responsable del sector de actividades deportivas en LAB. Ambos integran las dos centrales con mayor número de delegados -la mayoritaria es ELA y a estas se suman también UGT y CCOO- y tienen una larga trayectoria en la representación de este complejo puzle de trabajadores. Desde su experiencia, avanzan también que las dos subcontratas que prestan este servicio público, Disport Eki y Aiteko, deben dar un giro importante y ya contrarreloj si quieren evitar la ya inminente huelga.

“En 2020 se llegó a otra huelga, aunque fue por otras casuísticas. Pero sistemáticamente, las movilizaciones siempre se repiten en este sector. Empezamos a negociar antes de la pandemia, en febrero del 2020, hemos llegado a abril de 2022 y estamos así. No se avanza nada”, censura el representante de ELA, quien defiende que las demandas de la plantilla son “normales y lógicas”, y buscan fundamentalmente “acabar con la precariedad en este sector”. “Lo más grave es que las mayores subidas que nos ofrece la patronal serían a partir de octubre de 2023, cuando ya estaría a punto de expirar el convenio”, censura Imanol González.

“Llevamos más de dos años sentándonos, haciendo innumerables reuniones con la patronal. Hubo unos pequeños avances el año pasado, pero en los últimos meses las empresas no están dando un paso adelante. Presentan ofertas escasas que no nos resultan suficientes”, asegura, mientras tanto, Bittor Gonzalez, quien pronostica que la huelga tendrá un seguimiento mayoritario si finalmente termina produciéndose.

“Estas últimas semanas hemos hecho varias asambleas y el sentir generalizado es que no nos dejan otra opción. Hemos tenido mucha paciencia y las plantillas no ven otro camino. No es plato de buen gusto, pero no ven otra solución”, analiza Gonzalez. El representante de LAB confía en que la patronal “se mueva” de sus posiciones en la reunión que los representantes de la plantilla mantendrán este miércoles en el Preco, con la convocatoria de huelga ya sobre la mesa, y que pueda ser el inicio de un “buen acuerdo” como el que se fraguó en 2020. Gonzalez reconoce que “si se puede evitar -la huelga- sería lo mejor para todos, también para las personas usuarias”.