El presidente del colectivo alerta del incremento que durante el pasado 2021 se dio en las atenciones.

Este Día Mundial lanzan el mensaje de que no todos somos iguales frente al cáncer. ¿Qué es lo que la AECC quiere transmitir?

-El eslogan que planteamos es que el cáncer es igual para todos, pero que no todos somos iguales frente al cáncer. Es decir, que la enfermedad nos afecta a todos por igual, pero que la alternativa que tenemos frente a ella es diferente dependiendo de dónde hemos nacido, de dónde vivimos, del nivel socioeconómico e incluso de qué tumor tengamos. Porque aunque se ha avanzando mucho en la investigación, hay algunos tipos de cáncer a los que se les presta menos atención.

¿Y en qué posición están Euskadi y, más concretamente, Álava?

-Bueno, en todo lo que se refiere al ámbito de la prevención y la detección precoz estamos en las primeras posiciones a nivel europeo. Ahí está por ejemplo el cribado del cáncer de colon, que llega al 100% de la población diana. Otra cosa es que la gente luego se lo haga o no, porque no quiere o porque culturalmente pertenece a colectivos que no tienen esa costumbre. Pero incluso en este sentido estamos por encima de otras comunidades. Aproximadamente, más del 70% de la población se hace la prueba.

De todas formas, sigue habiendo un margen de mejora importante...

-Sí. Nosotros por ejemplo seguimos manteniendo relaciones con determinados colectivos, como puede ser el gitano o las comunidades árabe o saharaui. Y tratamos de llegar a sus líderes para que expliquen las potencialidades de las pruebas de detección que hay que hacerse y evitar que tengan más cáncer del que tienen.

La prevención como siempre es clave, pero ¿en qué otras líneas están trabajando desde la AECC?

-La prevención es importantísima, porque una gran parte de los casos de cáncer se podría prever con ejercicio físico, no fumando o no bebiendo. Aparte, nosotros tenemos otras dos líneas de trabajo: la investigación y, por otro lado, la atención directa a los pacientes y sus familiares, tanto psicológica como social, que es gratuita. Aquí me gustaría hacer hincapié en que cuanto antes se acuda a una asociación como la nuestra o a un psicólogo para pedir apoyo emocional, hay muchas más posibilidades de superar los problemas. Por dar algún dato, en 2021 atendimos a más de 1.000 personas, casi 300 más que en 2020, y hubo más de 3.500 sesiones de psicología, con un incremento también importante sobre el año anterior. La labor es importante y la gente reconoce nuestra asociación como un punto de referencia y de ayuda.

¿A qué achacan este incremento de atenciones?

-Creo que la pandemia ha hecho que la gente esté más triste. Hemos detectado grandes bolsas de soledad. Lo que hacemos es tratar de paliarla con un grupo de voluntarios que acompañan a las personas que lo necesitan en su domicilio, en el hospital o en el hospital de día.

Hace justo un año, alertaba a través de estas páginas del retraso que se estaba dando en las consultas y los programas de cribado debido a la pandemia. ¿La situación se ha normalizado ya o el coronavirus sigue obstaculizando estos ámbitos?

-Se está normalizando. Hemos tenido, como la pandemia, un repunte y luego otra nueva caída al valle. Porque se había recuperado un poco la actividad por parte de la Sanidad, pero ha llegado esta sexta ola y otra vez ha habido un pequeño parón. Pero lo cierto es que las personas que son diagnosticadas de cáncer son atendidas y tratadas. Creo que estamos mejor que el año pasado.

La AECC en Álava ha podido recuperar también estos últimos meses eventos presenciales como la Marcha contra el cáncer o el Congreso que se celebró en noviembre.

-Sí. Menos mal que con el Congreso nos adelantamos un poco a la sexta ola, como los surfistas (ríe). Hemos podido hacer muchas cosas y actividades y de hecho este mismo viernes -por hoy- vamos a estar en la plaza General Loma, donde vamos a explicar un poco todos esos datos sobre la desigualdad en el cáncer y pedir la adhesión de la gente a nuestro Acuerdo contra el Cáncer, que es un tema también importante.

Tras el citado Congreso, donde estuvieron varios de ellos, ¿han forjado alianzas con otros colectivos que trabajan en su mismo ámbito?

-Estamos buscando puntos de colaboración con algunas de esas organizaciones. Fue un congreso muy importante, porque llevábamos mucho tiempo detrás de eso. No se trata de que desaparezca ninguna organización, sino de estar todas en el mismo frente y colaborar.

¿Qué retos se marca la asociación para este 2022?

-Uno de los retos importantes es incidir en esa igualdad y en esa solidaridad. Y estamos pensando también en muchos temas de prevención. El local que tenemos se nos ha quedado pequeño y estamos pensando en buscar otro para hacer actividades de este tipo. Desde cocina saludable hasta yoga, que durante la pandemia hemos hecho a través de las pantallas. Otro tema importante en ese ámbito de la equidad es seguir llegando a los pueblos. Ya estamos en Llodio y en Amurrio y estamos ultimando las cosas con Salvatierra y Laguardia. Al final se trata de que si hay demanda en estos pueblos, porque alguien necesita nuestro apoyo y ayuda, nosotros desplazamos a los técnicos en colaboración con los ayuntamientos. Estos son pasos importantes que están dando resultados muy positivos.