A las 13.30 horas la transitada plaza de Desamparados ha visto cómo arrancaba el camión de la empresa de atracciones Ondarribi que terminaba las labores de desmontaje el carrusel en el que miles de pequeños vitorianos han girado durante los últimos años y rogaban a sus padres que les montaran, al menos un viaje, cada vez que pasaban por ese punto.

Espacio diáfano en la plaza

Una vez que el tráiler ha arrancado se ha hecho evidente el evidente hueco que se ha quedado en ese punto de la ciudad después de ver cómo también la churrería de la misma firma ha desaparecido también de la plaza.

A los primeros transeúntes que pasaban con las bolsas de las rebajas a cuestas se les hacía extraño contemplar una plazoleta diáfana huérfana de ese carrusel y la churrería en el que muchos gasteiztarras han templado el estómago alguna tarde de frío invierno.

Nueva normativa municipal

En la jornada de hoy se ha hecho evidente una decisión del Ayuntamiento de Vitoria adoptada más de un año y orientada a trasladar las ubicaciones de atracciones y puntos de feria a otro lugares dentro del casco urbano. La medida se ha ejecutado en la mañana de hoy con esa mudanza del puesto de venta de churros y el tiovivo a sus nuevos destinos donde como mínimo permanecerán hasta el año 2024.

Churrería en Plaza Leizaola

Ese traslado ha sido de un centenar de metros, en el caso de la churrería. En la cercana plaza de Lehendakari Leizaola, en la confluencia de Los Herrán, Olaguíbel y Postas, el nuevo punto de venta de churros de Ondarribi ya espera a levantar la persiana y saciar el estómago de los ciudadanos en esta primera tarde de rebajas.

Tiovivo a la Constitución

El carrusel inicia un viaje algo más lejano para poner punto final a media docena de años en el corazón de la ciudad. Su nuevo hogar será la Plaza de la Constitución, en el barrio de El Pilar, donde se convertirá en punto de obligada visita para pequeños y mayores de aquel distrito de Vitoria.

Churrería en la calle Francia

La instalación de nuevos puntos de venta de comida en diversos puntos de la ciudad se completa con la churrería que la misma firma Ondarribi tiene abierta desde hace cerca de un mes en la calle Francia, a la altura de la plaza San Antón y la esquina con Arana.

Una caseta de madera es el lugar en el que se despachan raciones de humeantes churros y chocolate en un punto en el que muchos de los que por allí pasan no pueden aguantar la tentación y terminan poniéndose a la cola.