uando hace un año, en pleno 40 aniversario, las txosnas de Gasteiz decidieron ponerse "en pausa" debido a la pandemia, poca gente imaginaría que el esperado reencuentro del espacio con sus incondicionales tendría que volver a demorarse un verano después, más allá de La Blanca de 2021.

Pero el covid-19 ha vuelto a dar al traste con las fiestas y la zona universitaria se ha quedado estos días huérfana, por segundo ejercicio consecutivo, de su trajín habitual, de las carpas, la música, la alegría y la reivindicación, de un modelo de ocio alternativo sin el que el ciclo festivo ya no podría entenderse.

La decisión, aunque triste, vuelve a ser obligada, dada la mala situación epidemiológica y ante la dificultad de organizar cualquier programa en medio de cambiantes y duras restricciones.

"Ha habido muchos altibajos. Momentos en los que parecía que igual de otra manera se podía hacer, pero hemos visto que no era posible", apunta Ane Zurutuza, integrante de la Comisión de Txosnas de la ciudad, en conversación con este periódico.

"Son momentos de incertidumbre, en los que no sabes cómo va a estar el panorama de aquí a un mes. Entonces, hacer toda esa programación, ponerte a trabajar de cara a las fiestas... Nunca sabes cómo va a estar en ese momento la situación ni las normativas. Y eso nos ha complicado mucho la situación", remarca, mientras tanto, su compañero Unai Ruiz de Viñaspre.

A pesar de todas las dificultades y las incertidumbres, las txosnas han mantenido viva su llama durante todo este difícil periplo, con iniciativas que ya comienzan a consolidarse como el concurso de bandas -el certamen ha cumplido este año su tercera edición-, y han estado también en las calles, fieles a su ADN, durante estas no fiestas.

Ayer mismo, de hecho, Vitoria acogió un Entxosnatu eguna adaptado a la situación sanitaria, pero no por ello menos multitudinario, que sirvió para recordar que las txosnas "nunca se han ido", tal y como recordaron los colectivos que integran la Comisión cuando se presentó la jornada. Kalea gara, kalean gara!, el lema nacido hace justo un año para anunciar la pausa que el espacio emprendía debido a la crisis sanitaria, continúa más vigente que nunca.

Revindicación

"Cuando empezamos a pensar en el día, sí que queríamos hacer una oferta amplia. Por lo menos, intentar llegar a diferentes públicos, dentro de que no podemos crear aglomeraciones y demás. Se trataba de salir a la calle, de estar presentes en la calle, y sacar tanto las reivindicaciones como diferentes expresiones culturales. Ese era un poco el plan", argumenta Zurutuza.

Un día después de realizarse esta entrevista, se hacía pública la prohibición por parte del Ayuntamiento de la comida popular que Gasteizko Txosnak quería celebrar dentro de este atípico Entxosnatu Eguna, aunque el resto de actividades programadas sí pudieron realizarse según lo previsto.

"Vemos que esto se está alargando más de lo que todo el mundo esperaba y se está haciendo un poco cansado. Pero al final la situación así lo merece y nosotros también le tenemos que dar una vuelta a nuestro trabajo y ofrecer otra oferta a la ciudadanía de Gasteiz", contextualiza Ruiz de Viñaspre en torno a la cita de ayer, que tuvo en la manifestación que a media tarde recorrió las calles de la ciudad su acto más masivo.

Quedan ya lejos unos primeros pasos de las txosnas marcados por la falta de permisos y la criminalización, prácticamente de clandestinidad, pero que contrastaron con un fuerte respaldo por parte de los vecinos de Gasteiz que con el tiempo permitió al espacio crecer y consolidarse.

Desde los años 80

El txosnagune tuvo su bautismo en la capital alavesa al inicio de la década de los 80, primero en la plaza del Machete y después en La Florida. Apenas cuatro casetas conformaron este primer recinto, que únicamente contaba con un austero equipo de música para ambientar la fiesta pese a los constantes cortes de luz.

Tras unos primeros años de intensa vigilancia policial, el recinto comenzó poco a poco a hacerse grande y ya en 1984 eran doce las casetas instaladas en el parque, a donde las cuadrillas de blusas y neskas se acercaban de forma habitual y la gente comenzaba también a extender su poteo.

Tras mantener varios encuentros y polémicas con el Consistorio, dirigido entonces por José Ángel Cuerda, finalmente se llegó a una necesaria paz que permitió a las txosnas trabajar con otra tranquilidad, con el aval institucional, a cambio, entre otras cosas, de hacerse cargo de los servicios de agua y alumbrado.

Con los años, la oferta festiva fue a más con la incorporación a los programas de bandas musicales de fuera de Vitoria y la instalación de cada vez más casetas. En 1996 llegó el siguiente traslado del txosnagune a la cercana calle Luis Heintz, que se convirtió en uno de los puntos más álgidos de La Blanca durante unos cuantos años más.

Hasta 19 casetas llegaron a instalarse aquel año, que llegaron a ser 22 allá por 2002, cuando el Consistorio entonces en manos del popular Alfonso Alonso forzó a la Comisión a llevar a cabo una nueva mudanza para construir el parking subterráneo. Un traslado disfrazado de temporal que alejó a las txosnas hasta su hábitat actual, el campus, que pese al bajón de gente sufrido en los primeros años ha logrado también consolidarse con el paso del tiempo.

Esperanza

Al igual que sucedió hace un año, ha sido inevitable sentir cierta nostalgia estos días al reencontrarse con la zona universitaria, tal y como reconoce Zurutuza. "Cuando hemos llegado hemos comentado que cuánto tiempo ha pasado incluso sin estar aquí. Recuerdas momentos, pero este año no ha podido ser tampoco", lamenta.

Su esperanza, como la de su compañero en la Comisión, es que el año que viene, sí o sí, pueda llegar ese deseado regreso. Habrá mucho que celebrar. "Esperemos que todo vuelva un poco a la normalidad y estar por aquí, que yo creo que ya tenemos ganas", apunta Ruiz de Viñaspre. "Ojalá pueda ser el año que viene. Todas tenemos ya ganas. Esperemos que sí porque será buena señal", razona, de nuevo, Zurutuza.

"Ha habido momentos en los que parecía que igual se podía hacer de otra forma, pero no era posible"

Gasteizko Txosnak

"Esperemos que todo vuelva un poco a la normalidad y estar por aquí el año que viene. Ya tenemos ganas"

Gasteizko Txosnak

"Este año se trataba de salir a la calle y sacar las reivindicaciones y distintas expresiones culturales"

Gasteizko Txosnak