No puede haber un día de La Blanca sin blusas y neskas en las calles. Y tampoco sin el homenaje de estos, y del resto de la ciudadanía, a la patrona de la ciudad. Así, este jueves, el sonido de tamboriles y txistus ha vuelto a oírse junto a la hornacina de San Miguel, donde se han sucedido los homenajes florales y los musicales.
Todo ello con las salvedades que marca la actual pandemia. Y, pese a ellas, la zona, una de las que concentra mayor sentimiento gasteiztarra, ha vuelto a brillar en honor de La Blanca.
