El bautizado como Programa de atención a los aspectos emocionales de la infección por coronavirus, implantado en toda la red de Osakidetza gracias al impulso inicial de las OSI Araba y Barrualde, no solo trata de cuidar la salud psíquica de los pacientes y sus familiares, sino también de un personal sanitario al que la pandemia viene poniendo a prueba desde hace ya demasiado tiempo.

Lo sabe bien Rocío Barreira, psicóloga clínica de la organización y coordinadora del programa a nivel local, quien apunta que sus compañeros se encuentran a día de hoy "fundamentalmente cansados de todo este recorrido".

Sin "sensación de paz"

"Podemos decir que la salud mental de los profesionales garantiza la buena asistencia de los pacientes. No tenemos un quiebro ahí, pero ese cansancio acumulado y el hartazgo sí están porque no vemos el fin", destaca la profesional, quien cree que la vuelta del pasado verano fue un primer punto de inflexión. "Había una expectativa alta de cambios, pero la vuelta no supuso mucha sensación de paz", recuerda.

Esta iniciativa se puso en marcha en la red sanitaria local el 12 de marzo de 2020, poco antes de la entrada en vigor del primer estado de alarma, con el objetivo de "acudir a las áreas de mayor impacto" por el covid, que en aquella época "eran todas, al menos en Txagorritxu".

Apoyo social entre iguales

"Se trataba de estar, observar y, sobre todo, de que nos vieran. No podíamos ser un teléfono anónimo donde los profesionales llamaran, porque de eso ya había. Se trataba de dar un apoyo social", enfatiza Barreira.

Esa sola presencia y la cercanía de la psicóloga clínica y su equipo se ha vivido "con agrado", aunque la profesional reconoce que "lo más importante" para la plantilla y su salud emocional ha sido el apoyo que los profesionales se han dado mutuamente durante todo este tiempo.

"Son los iguales quienes son capaces de minorizar tu angustia o tu estrés, porque son los que viven contigo la misma circunstancia", apunta Barreira. Por eso, la terapia se ha llevado a cabo mediante encuentros grupales donde todos ellos podían compartir las situaciones vividas.

"El comportamiento de los profesionales y su entrega ha sido ejemplar. Y nos han pedido poco. Por varias razones, pero una fundamental es que a los profesionales sanitarios a veces les cuesta solicitar ayuda para ellos mismos porque están situados en una clave diferente", expone la profesional. Aunque "no son muy demandantes", el apoyo ha intentado llegar "a todos los rincones" de la organización.

El Post-it

"Virus de la solidaridad". "Hace un año hablábamos del virus de la soledad y ahora podríamos decir que evolucionamos a lo que nos gustaría llamar el virus de la solidaridad. Es la clave en la que todos debiéramos estar". Lanza este mensaje Barreira, quien pide a la ciudadanía "paciencia" y "colaboración" en el cumplimiento de las restricciones para poder pasar página cuanto antes. "Manejar esto no es fácil, pero o lo vivimos como algo colectivo o no lo vamos a poder resolver del todo", apunta.