- Cinco meses completos han pasado desde que Javier Torre, presidente de la UAGA, junto con Eduardo Urtaran, gerente de la comunidad de regantes de Tumecillo, solicitara comparecer en Juntas Generales de Álava, acompañados por el presidente de la comunidad, Ricardo Mardones, con el fin de informar sobre la situación del proyecto de regadío de Valles Alaveses, tras haber conocido a través de los medios de comunicación que el proyecto quedaba suspendido por decisión de la empresa estatal Acuaes.

La pandemia y la paralización de mucha de la actividad de las instituciones forales son las causantes de la demora, aunque los comparecientes reprocharon ayer los retrasos en la solución y alertaron sobre las consecuencias que puede tener el no completar el proyecto de regadío en aquella zona.

Intervino, en primer lugar. Javier Torre para lamentar que se trata de un proyecto que ha necesitado 22 años para comenzar a dar los primeros resultados, ya que ése es el tiempo que llevan acometiéndose algunas de las actuaciones. La cuestión es que "cuando se planteó era el momento de hacerlo porque entonces aquella zona era líder en la plantación de remolacha y patata y había regadíos básicos en todos los pueblos. Ahora, 22 años después, lo que hay es agricultores jubilándose y concesiones de agua que van siendo canceladas por falta de uso".

En el momento actual la productividad de la zona ya no es la misma y la razón es que "si hubiera habido en ese momento un buen sistema de regadío no hubieran desaparecido tantas explotaciones en Valles ". Lo primero -dijo- es tener agua y luego veremos qué regamos. Y lo que ha llegado hasta ahora "ha sido lo que la logrado mantener la gente€", refiriéndose a los reducidos cultivos de remolacha y patata.

Para el presidente de la UAGA no tiene explicación el hecho que ni esta organización ni los regantes de Tumecillo hayan recibido a fecha de hoy ninguna comunicación oficial por parte de la empresa cuando, además, el expediente está completo y con todos los plazos de información pública completos. La duda es que ante este silencio se desconoce qué pasará a partir de ahora: si se mantendrá el proyecto o, por el contrario, se tirará el trabajo realizado durante 20 o 25 años para comenzar uno nuevo. Torre recordó que el agua es, en este momento, un bien fundamental a causa del cambio climático. Las balsas proyectadas para el regadío no sirven tan solo para regar sino que también es una acumulación de agua que puede servir para garantir ese bien de consumo a la población. Tras su intervención participó el gerente de Tumecillo, Eduardo Urtaran, quien realizó un amplio repaso a la historia y obras acometidas en los últimos 30 años, cuando se partía de una superficie de trabajo de 9.000 hectáreas y más de 800 agricultores en Valles Alaveses. El proceso comenzó en 1991 con la redacción del proyecto y tuvo su primer hito en 1999.