- Cercanía emocional, porque es un pollo criado en el País Vasco, en la libertad de los caseríos y alimentado con productos naturales. Esos pueden ser algunos de los valores por los que el pollo de caserío vasco, el pollo lumagorri, ha sobrevivido a las sacudidas que han tenido muchos productos a consecuencia del confinamiento y el cierre de hostelería y que para los pollos industriales han supuesto unas pérdidas de unos 600 millones de euros, según reconocía la patronal del sector nacional hace unos días.

Según explicaba a Efeagro, el presidente de la interprofesional de la avicultura de carne de pollo (Propollo), Antonio Sánchez, el sector se tambaleó al inicio de la crisis. "Hubo un traslado de la demanda puntual de carne de ave del canal horeca hacia la distribución desde el miércoles 11 de marzo hasta el 23. Con posterioridad, se normalizó esa demanda en la distribución, pero la restauración estaba a cero y se canceló la actividad turística de Semana Santa, lo que evidenció el grave problema".Posteriormente, la situación se complicó más en las semanas posteriores con una caída generalizada del mercado europeo y el inicio de una guerra de precios a la baja: países como Polonia, Italia o Portugal "están mandando al mercado español sus excedentes a precios de derribo, lo que ha causado una caída estrepitosa de los precios del mercado, por debajo del 30 %", añadía Sánchez. Sin embargo, en el sector de la carne de pollo, el lumagorri fue capaz de soportar estos vaivenes y según confirma Endika Lekaroz, de Lumagorri, S.L., "comercialmente nos ha venido bien, porque hemos tenido un crecimiento de los pedidos, tanto en alimentación como en los distribuidores de cara a las carnicerías y demás". La única parte que se ha visto más afectada ha sido la de la hostelería, porque "parte de las referencias que nosotros trabajamos no han tenido salida por ahí, pero se ha compensado; lo que no hemos vendido en hostelería, con las ventas en los canales de alimentación, tiendas, super e hipermercados. Y es que lo que no se consume fuera de casa se ha consumido en el hogar, por darnos un capricho o por la razón que sea".

Otra actividad que se ha visto resentida han sido las degustaciones, tanto en ferias como en fiestas populares, como en eventos, en actos con las ikastolas, asociaciones deportivas o culturales. "Aquí se ha perdido el primer semestre del año, porque no ha habido posibilidad de realizar degustaciones. Lo mismo pasa con los hipermercados y los supermercados: la posibilidad de poder ofrecer la degustación a los clientes ha sido imposible por las medidas de seguridad y distanciamiento que se han dictado".

Pero el buen momento que vive la comercialización del pollo lumagorri tenía que tener alguna dificultad como consecuencia de la pandemia. "Sí que es verdad que hemos tenido un tema de mayores costes. El tema de gestionar las nuevas exigencias a nivel de higiene, a nivel de seguridad y de control nos ha exigido un aumento de costes, como las mascarillas, los guantes,EPI, los geles€"; unos costes que han sido económicos pero también de gestión, "de horas, por el mayor tiempo dedicado a la limpieza de vestuarios e instalaciones, modificaciones de ubicación de puestos de trabajo, para que hubiera la distancia reglamentaria, la necesidad de colocar a la entrada un lugar donde tomar temperatura, espacios de desinfección. Y eso lo hemos tenido que realizar tanto en las instalaciones centrales como en los caseríos", ya que son un total de 43 productores repartidos por los tres territorios.

Todo al servicio de estas aves, cuya carne se comercializa en varios formatos. El alargado, que es el que va a carnicerías directamente o a través de distribuidores para despiece, con un peso de dos kilos aproximadamente; luego está el pollo limpio, que es el que se compra directamente para asar, de 1,600 kg; y luego el despiece: pechugas, muslos, alas y además el lumaburguer, que es una hamburguesa con esa calidad de pollo lumagorri a base de muslo deshuesado.

Y todo procede de los 350.000 pollos lumagorri que se comercializan por término medio cada año, a través de la hostelería (restaurantes, catering€) y sector de alimentación a los que sirven directamente y a través de una amplia red de distribuidores, tanto a nivel de Euskadi como a nivel nacional.

Su principal valor son las diferencias que hay entre un pollo de caserío vasco, lumagorri, y otro pollo. El que más se consume es el pollo industrial, que tiene pocos días de crecimiento, alrededor de cuarenta y tantos y diferente forma de crianza. "El nuestro -cuenta Endika Lekaroz- se desarrolla al aire libre y durante tres meses. Además, nosotros trabajamos más hembras, porque resulta más tierno. Y a esto le añadimos la alimentación, con productos naturales como maíz. Por lo tanto, la gran diferencia al final es la gran calidad del producto, que no tiene nada que ver, con respecto a sabor, con los industriales".

El pollo lumagorri se puede encontrar en supermercados e hipermercados, "así como en las carnicerías de cercanía, que es el lugar en el que encaja nuestro producto". Una de las claves de que la venta haya funcionado tan bien durante la pandemia es que "la gente, en esos momentos de duda y de especial preocupación con la higiene, con la calidad, se ha decantado, quizás más por un producto como el nuestro que le asegura una calidad, que le es cercano, porque produce una cercanía emocional tanto con la marca como por saber que esos pollos están criado libremente en los caseríos vascos".

"La gente, en esos momentos de duda y de especial preocupación con la higiene, con la calidad, se ha decantado, quizás más por un producto como el nuestro que le asegura una calidad, que le es cercano, porque produce una cercanía emocional tanto con la marca como por saber que esos pollos están criado libremente en los caseríos vascos", asegura Lekaroz, de Lumagorri S.L.

43

Son un total de 43 productores de lumagorri repartidos por los tres territorios. Endika Lekaroz reconoce que " hemos tenido un tema de mayores costes. El tema de gestionar las nuevas exigencias a nivel de higiene, a nivel de seguridad y de control nos ha exigido un aumento de costes, como las mascarillas, los guantes,EPI, etc.".