Vitoria - Durante la presentación de su programa de acción para esta legislatura, la edil de Movilidad de Vitoria, Amaia Barredo, resaltó las cifras “tan positivas” de uso del tranvía, al tener a día de hoy más de ocho millones de pasajeros al año o los quince millones de usuarios del servicio de autobuses urbanos y los dos tercios que suponen ya los desplazamientos a pie y en bici por Gasteiz. Pero nada mejor que salir a la calle para comprobar si estos desplazamientos urbanos son los que realmente usa el ciudadano en su día a día o no y la respuesta, entre todos los consultados por este diario, es que sí, que la movilidad sostenible va sobre ruedas en la capital alavesa, ya que los gasteiztarras, efectivamente, para cumplir con sus quehaceres diarios prefieren ir a pata o en bici, por ser los medios más “efectivos, baratos y ecológicos”. Y, si no, optan por el bus urbano o el tranvía. Al coche o a cualquier otro vehículo motorizado, en todo caso, se suben cuando no les queda otra, como es el caso de Álvaro Rueda. “Yo prefiero desplazarme por la ciudad andando, pero cuando voy a trabajar solamente puedo coger mi vehículo porque entramos a las 6.00 horas, como casi todos los que estamos en los polígonos industriales, y a esas horas no hay autobuses”, lamenta. Precisamente, por eso, una de las peticiones que hace al Ayuntamiento es que ponga frecuencias a primera hora hacia las zonas industriales. Aparte de eso, su buena voluntad en movilidad green se nota, como cuando este miércoles esperaba a que dieran las doce del mediodía para entrar, junto a su mujer, a mobility room, una sala de escape, instalada el pasado martes en la plaza de Correos para aprender más acerca de supermanzanas y de la red actual y futura de bicicletas, al tiempo que resolvían una serie de pistas.

Una senda ciclista que conoce a la perfección Esther González porque “siempre que puedo voy en bici”. Lo hace desde que era pequeña porque así “no tienes que estar pendientes de horarios, no contamina y te libras del gasto que supone ir en transporte público”. Y, por fortuna, no es la única en la ciudad, aunque eso también implica que “ahora somos tantos que ya los aparcabicis en el centro son escasos para todos los que somos, y muchas veces dejamos atadas las bicis a árboles”, precisa González, que también echa de menos más carriles-bici por el centro, donde trabaja: “aquí, por ejemplo, en la calle Independencia, como no hay, no queda otra que ir por la acera”, critica.

Otro aficionado a la bici es Javi Moyano, quien emplea a diario este medio de transporte para ir a trabajar porque “vivo en Los Herrán y trabajo en Mercedes”, detalla. Pero, como señala, tiene claro que cambiaría la normativa del Ayuntamiento “para que las bicis no puedan ir por las aceras. Llamé al 010 para solicitar este cambio porque, aunque uso los carriles-bici, hay veces que están metidos en las aceras y hay un conflicto terrible con los peatones. Por eso, dejaría los bicicarriles en la carretera”, propone. Moyano también pondría más aparcabicis en Los Herrán y en Senda de los Canónigos, “porque tendremos unos seis en total y, al final, hay aparcadas bicis en árboles y farolas”, indica.

En cambio, los jóvenes Rodrigo y Nidia prefieren ir caminando a trabajar, “porque vivimos a diez minutos de aquí”, aclaran, desde la calle Independencia. Y, en ocasiones, Nidia se monta en el tranvía para ir desde este punto hasta Ibaiondo. “Nosotros no mejoraríamos nada. Todo está bien”, resaltan.

Y más de bus es Herminia Marcos, nacida en Albacete, pero residente en Vitoria desde los tres años, quien está satisfecha con los 10 minutos de frecuencia los días de labor de la línea de Tuvisa que le acerca desde Arkaiate. “Lo cojo a diario y la verdad es que está muy bien y los conductores son majos”, matiza. Solamente cambiaría dos cosas: “La limpieza, porque a veces hay papeles tirados, y que mi marido, de 80 años, deje de coger su coche”, propone.

Desplazamientos. La edil de Movilidad del Ayuntamiento de Vitoria, Amaia Barredo, destacó el pasado día 13 durante la presentación de su programa de acción para esta legislatura, las cifras “tan positivas” de uso del tranvía con más de ocho millones de pasajeros al año, o los quince millones de usuarios del servicio de autobuses urbanos y los dos tercios que suponen ya los desplazamientos a pie y en bici por Gasteiz. En cuanto a movilidad interna, el gobierno municipal se ha marcado tres objetivos: que el 99% de la ciudadanía gasteiztarra cuente con acceso al transporte público a menos de cinco minutos de casa, con frecuencias de menos de diez minutos; que el 97% de la población pueda llegar a su destino en menos de 35 minutos y alcanzar la cifra del 50% de desplazamientos en transporte público eléctrico. La movilidad “sostenible, segura e innovadora” será uno de los ejes estratégicos del gabinete Urtaran durante los próximos cuatro años. Se trata de “un sector que puede ser uno de los pilares de nuestro modelo de superciudad referente a nivel europeo”, declaró el alcalde.

Mobility room. Con motivo de la semana de la movilidad, el pasado martes se instaló en la calle Postas, esquina Independencia, una sala de escape en la que quienes han entrado han podido descubrir de una forma amena cómo moverse de manera ecológica por la ciudad. Un máximo de cuatro personas tenían el reto de descubrir en treinta minutos todas las pistas de su interior. Si bien, el objetivo de esta iniciativa del Consistorio era que sus participantes avanzaran en los conocimientos de lo que son las supermanzanas (calles libres de vehículos privados) y la red ciclista de Vitoria.

Despeatonalización. Con motivo de esta semana de la movilidad, una acción de calle recordó también el tráfico de coches por Siervas de Jesús, eliminado desde 1993.