vitoria - Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza y especialista en Radiofísica Hospitalaria, Fidalgo se incorporó en el año 1994 a Osakidetza, donde ha desempeñado una labor meramente asistencial hasta su incorporación a Bioaraba hace ahora dos meses. El instituto, conformado por el propio Servicio Vasco de Salud, la UPV/EHU y la fundación Bioef, aglutina a día de hoy ocho grandes áreas de investigación, algunas de ellas todavía emergentes pero otras ya referentes a nivel internacional. La profesional abre a este periódico las puertas de su nuevo despacho, ubicado en el HUA-Txagorritxu.

¿Cómo afronta este nuevo reto?

-Con muchísima ilusión. Siempre me ha gustado la investigación y la innovación e institutos como Bioaraba son una apuesta muy potente de las instituciones. Es fascinante estar aquí. A día de hoy, tenemos más de 200 proyectos activos, que es la mayor cantidad que ha habido en la historia de la investigación en esta organización sanitaria, incluso desde antes que existiese Bioaraba.

¿Cuáles son los objetivos más importantes que se marca a corto plazo?

-Lo más inminente es seguir dando soporte a las áreas de investigación de excelencia que tenemos, como pueden ser Salud Mental, Enfermedades Cardiovasculares o Trastornos del Sueño, pero sobre todo consolidar a las más emergentes y apoyar todo lo que tenga que ver con la innovación, tanto organizativa como tecnológica. Bioaraba tiene capacidad para trabajar en esta línea y va a hacer un esfuerzo importante. Otra apuesta firme va a ser trabajar con la atención primaria, identificando nuevas necesidades de los pacientes y contando con todos sus perfiles profesionales, y estar más cerca de las asociaciones de pacientes y de las instituciones locales.

Bioaraba cuenta ya con ocho grandes áreas de investigación. ¿Cree que este número cambiará pronto, hacia arriba o hacia abajo?

-De momento siguen siendo ocho, pero con el nuevo reglamento interno que vamos a adoptar todos los institutos vascos ese número puede cambiar. Desde luego, las más consolidadas van a estar, potenciaremos otras como Enfermedades Raras y Big Data, pero habrá una reestructuración. Quizá haya áreas que se aglutinen y se hagan más transversales, pero eso lo iremos viendo.

Venimos de años difíciles para la inversión en I+D+I debido a la crisis. ¿En qué medida se ha resentido la actividad aquí?

-Venimos de años complicados, en los que la financiación estatal para proyectos de investigación cayó más de un 30%. Y esto no es una isla. Pero por otro lado, el Departamento de Salud ha apostado claramente por la investigación y la innovación. En los últimos años, la inversión tanto pública como externa en I+D+I ha crecido en Euskadi hasta los 64,1 millones en 2017, que es un 17% más de lo que se gastó en 2015 (54,6 millones). Todo afecta, por supuesto que se ha notado, pero se están consiguiendo también financiaciones europeas y cada vez se van a conseguir más.

Pese a ese hándicap, ¿la investigación tiene relevo generacional?

-Hay gente mayor, a la que siempre le ha entusiasmado la investigación y ha continuado con ella, pero queremos apoyar también ese relevo generacional. Siempre que hay algún investigador principal que esté próximo a la jubilación, desde Bioaraba se intenta apoyar a los emergentes, que también los hay, para que sigan. Hacemos lo posible para que no se sientan desprotegidos. Hace un tiempo, el investigador se tenía que buscar la vida, pero ahora con las plataformas de apoyo y las unidades de las que disponemos tienen más facilidades para buscar sinergias, financiación y entrar en contacto con otros centros.

En un principio se proyectó un edificio propio para Bioaraba que, de momento, parece que se ha quedado en el cajón. ¿Sin él hay capacidad para seguir creciendo? -El edificio no es lo importante, sino las personas y los espacios. Que el edificio sea propio o esté integrado en el HUA se verá en su momento. Pero como Txagorritxu se está ampliando ahora mismo, es probable que Bioaraba también vaya creciendo en espacios. ¿Dónde? Dependerá de cómo se vayan liberando espacios en lo más próximo que tenemos -la cuarta planta de Txagorritxu-. Bioaraba es joven y va a seguir creciendo.