Como territorio en el que la logística tiene un papel predominante en su economía, miles de camiones cruzan las carreteras alavesas al año provistos con todo tipo de mercancías. Camiones guiados en muchos casos por transportistas que acumulan más horas de las que deberían al volante, como también sucede con conductores de autobuses que prefieren seguir su ruta en lugar de pararse a descansar.

Unos y otros se encuentran desde hace décadas bajo la lupa de la Diputación Foral de Álava, que tiene entre sus competencias la inspección de los vehículos a motor destinados tanto al transporte de mercancías como de personas, con el objetivo de garantizar que las compañías cumplan la legislación en la materia y velar así por la seguridad vial, evitando del mismo modo la competencia desleal en el sector. El Departamento de Infraestructuras Viarias y Movilidad, liderado por el diputado socialista Josu López Ubierna, es el área encargada de realizar las inspecciones a través del cuerpo de Miñones y la Ertzaintza. Además, la Policía Local de Vitoria colabora en detectar incumplimientos y recabar información para la apertura de expedientes sancionadores, mejorando así el control en el transporte ligero de corto recorrido.

Camiones, furgonetas, autobuses y microbuses son objeto de inspección continua, con los tacógrafos como principal herramienta para escudriñar el estado de los vehículos, los conductores y la carga que circula por la red de carreteras alavesas. La legislación otorga a los técnicos de la Diputación la potestad de ordenar, a través de los cuerpos policiales, la detención e incluso la inmovilización de los vehículos en caso de infracciones muy graves, y la institución foral alavesa mantiene también acuerdos con empresas concertadas para que en caso de transporte de animales puedan ser custodiados temporalmente.

“Estas inspecciones y el régimen sancionador buscan persuadir a las empresas de transporte de la necesidad de cumplir las leyes en cuanto a tiempos máximos de conducción, descansos, adaptación de la mercancía a las características técnicas de los vehículos o la disposición de las autorizaciones correspondientes”, explica López Ubierna a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

En las inspecciones que se realizan por las carreteras del territorio el tacógrafo es quien dicta sentencia. Ya sea analógico o digital -los primeros, en desuso, son mucho más sencillos de manipular- el sistema recopila toda la información sobre los tiempos de conducción, las pausas y los descansos de los transportistas o conductores de autobús. Su manipulación era hace unos años relativamente frecuente -un método era colocar una colilla para inmovilizar la aguja que marcaba la hoja de ruta y que no se reflejaran así las subidas y bajadas de velocidad- pero la implantación por ley desde hace siete años de los tacógrafos digitales, que en su última generación incorporan un sistema GPS, está llevando a está práctica ilegal a su desaparición. El propio aparato es siempre objeto de estudio para descartar que una manipulación haya llevado al conductor a maquillar las horas que lleva conduciendo.

La infracción más frecuente es el incumplimiento de los tiempos máximos diarios y semanales de conducción, paradas y descansos obligatorios establecidos por la ley de transporte, que fija un tiempo máximo de conducción diario de nueve horas, salvo dos días a la semana que pueden alcanzarse las diez horas. Cada cuatro horas y media los conductores deben realizar además una parada de 45 minutos. La legislación también determina un tiempo máximo de conducción semanal de 56 horas que, en el caso de dos semanas, asciende a 90 horas. “Al velar por el cumplimiento de la legislación en materia de transporte cumplimos un doble objetivo: trabajar por la seguridad vial en las carreteras alavesas y evitar la competencia desleal en el sector del transporte. Quienes cumplen la ley no pueden verse perjudicados por quienes la incumplen y ofrecen así precios tramposos”, incide el diputado. Otra de las infracciones más comunes es que la mercancía que lleva el camión supera el peso máximo autorizado de la ficha técnica del vehículo.

multas En total, la recaudación por multas el año pasado en Álava fue de 924.765 euros, y el importe medio de cada sanción se situó en torno a los 900 euros. La Diputación realiza cada año cientos de inspecciones de vehículos a través de los Miñones y la Ertzaintza en base a un plan anual que fija el número de controles en la red foral de carreteras y la puesta en marcha de campañas especiales en determinadas fechas.

Del total de inspecciones anuales, aproximadamente una de cada tres termina con la apertura de un expediente por la comisión de una o varias infracciones y la imposición de una sanción económica. En 2016 el número de expedientes sancionadores iniciados ascendió a 1.911, lo que a priori podía haber traído consigo multas asociadas de algo más de 1,8 millones de euros. Sin embargo, la cifra total se redujo a los cerca de un millón de euros citados al quedar dos de cada tres sin sanción monetaria. De los 1.911 expedientes, 729 fue por tiempos de conducción y descanso, 430 por los tacógrafos y 410 por cuestiones relacionadas con la mercancía.

Los inspectores prestan atención también a que los transportistas respeten las disposiciones vigentes establecidas en el convenio internacional ADR para el transporte de mercancías peligrosas por carretera, si es el caso, y tengan en regla la documentación. La adecuación de la mercancía y su masa al peso máximo autorizado de la ficha técnica del vehículos e incluye del mismo modo en los planes de inspección. Si el peso de la mercancía supera el máximo permitido, se impone una sanción. Para estas actuaciones, la Diputación dispone de una báscula cerca de la A-1.

La comprobación de que los conductores de camiones y autobuses disponen de las autorizaciones y tarjetas de cualificación exigidas por ley forma parte también de la labor foral, y la Diputación entrega a los conductores profesionales una tarjeta de cualificación, previa superación de un curso y un examen, con una validez de cinco años. Su renovación exige la asistencia a un curso de 35 horas en autoescuelas certificadas.