l 24 de abril les relaté la problemática que tenía el Deportivo Alavés, en 1946, con el agua de Mendizorroza y su contencioso con el Ayuntamiento de Gasteiz. Algo más de cinco años después, 17 de junio de 1951, no es que faltase el agua en nuestro campo municipal o que no se pagase al consistorio el recibo pertinente. El problema es que el agua del riego se utilizó de tal manera, por necesidades ‘técnicas’ del equipo, que el campo del Paseo de Cervantes se transformó en lo más parecido al embalse de Ullibarri-Gamboa.

La temporada 1950-51 contempla a un equipo albiazul que cumple su octava temporada consecutiva en Tercera División, tras su descenso en el epílogo de la campaña 1942-43 en una ‘liguilla’ de promoción con Salamanca y Barakaldo.

Varias de las campañas anteriores a la que nos encontramos han sido un desastre a todos los niveles, deportivo, económico y social, estando el club en alguna de ellas al borde de su desaparición. La entidad ha evitado el descenso a Regional en las temporadas 1947-48 y 1948-49, por sendas remodelaciones de la categoría por parte de la Federación.

El inicio de la temporada 1950-51 tiene dos buenas noticias para los seguidores albiazules. La primera es la entrega al club, por parte de la Diputación, de 125.000 pesetas (750 €) que sirven para paliar, en parte, el déficit alcanzado en la anterior campaña. La segunda es la contratación como entrenador de Lorenzo Ausina, procedente del Escoriaza de Zaragoza. Este prestigioso técnico natural de Utiel (Valencia), que en los años sesenta sería seleccionador absoluto de Guatemala, estuvo preso en 1944 en el Campo de Concentración de Nanclares (Langraitz). ¡Campo de Trabajo, eufemísticamente!

En este curso futbolístico el Deportivo Alavés cuenta en su plantilla con futbolistas que tendrán una importancia vital en los próximos años y que ascenderán con el equipo, con mayor o menor protagonismo, desde Tercera División hasta Primera en cuatro temporadas: ‘Primi’, Barcina, Erezuma, Calderón y Contrasta.

Pese al mal inicio liguero, cuatro derrotas en los ochos primeros encuentros, el equipo se rehace y alcanza el segundo puesto, tras la SD Eibar y empatado a puntos con el Burgos al que supera en el gol average, que le permite jugar la promoción de ascenso.

El propio Eibar, Atlético de Zamora, Martinenc de Barcelona -por aquellas fechas San Martín-, Caudal de Mieres y Terrassa, componen el grupo de la ‘liguilla’ de promoción, que otorga dos plazas de ascenso a Segunda. Al finalizar la primera vuelta la igualdad es la nota imperante. Cuando el Atlético Zamora visita Mendizorroza el Deportivo Alavés encabeza la clasificación, con un punto de ventaja sobre el Caudal de Mieres y dos sobre Atlético Zamora y Martinenc. ¡Quedan cuatro jornadas y ocho puntos en juego! El 17 de junio de 1951 cuando la expedición castellana se presenta en Mendizorroza no da crédito a lo que ven sus ojos: el campo gasteiztarra está anegado de agua, es una laguna en el mes de junio. A lo largo de la semana previa al encuentro el terreno de juego ha sido regado a conciencia, día y noche, dejándolo como un lodazal para impedir el juego de toque del Atlético Zamora, que en la primera vuelta había vencido por un contundente 6-0. El Deportivo Alavés, en el embalse vitoriano, vence por 3-2, gol de la victoria de Erezuma (86’), y da un paso importante para ascender a Segunda División.

¡Pero esta promoción aún nos tiene reservadas grandes sorpresas y situaciones singulares!

“Hay que destacar el hecho de la manifiesta inferioridad de los alaveses, su inseguridad, su falta de confianza en los suyos, hasta el extremo de recurrir a crear una lluvia artificial que convirtió el calcinado Mendizorroza en un barrizal” (sic).

El estado del terreno de juego resultó perjudicial para los dos equipos. Ambos conjuntos, pese a su buena preparación, no supieron ni pudieron acostumbrase a corretear pegados materialmente a él. Esperábamos más del partido” (sic).

También podía haber escrito sobre...

17 de junio de 1928.

Primer partido albiazul en su Gira por la región valenciana. Gimnástico de Valencia-Alavés (1-0).

17 de junio de 1956.

Directivos se reúnen en Beasain con Juan Antonio López, que se convertirá más tarde en portero alavesista.

17 de junio de 1999.

Anuncia su retirada como futbolista profesional Albistegui. Tres días más tarde jugará su último partido como albiazul.