07/marzo/1976

ra un domingo gris aquel 7 de marzo de 1976, fecha en la que jugaba el Deportivo Alavés en Mendizorroza. Pese a que los anglosajones le llamen al domingo el día del sol, la sociedad alavesa y vitoriana en particular y gran parte de la sociedad mundial asistían al amanecer de un domingo, gris, oscuro y negro. 45 años después sigo sin entender cómo se pudo jugar este partido, cómo no se aplazó, tras haber sufrido Vitoria la denominada mayor matanza de la transición el miércoles 3 de marzo. Cinco obreros fueron muertos cuando se celebraba una asamblea laboral, en la iglesia de San Francisco de Asís en el gasteiztarra barrio de Zaramaga. 4.000 obreros en huelga participaban en la citada asamblea y fueron conminados a salir por la policía de la iglesia, usando gases lacrimógenos para ello. A la salida del templo los trabajadores fueron alcanzados por pelotas de goma y por disparos de armas con fuego real por parte de las llamadas 'Fuerzas del Orden'. La masacre fue de unas proporciones enormes, con tres obreros muertos en la tarde del 3 de marzo, días más tarde la cifra llegaría a cinco muertes y un centenar de heridos, muchos de ellos con heridas de bala. La población vitoriana asistió conmocionada y anestesiada, pero con ansias de luchar, a los funerales por las víctimas que se celebraron en la Catedral Nueva de Vitoria y a la conducción de los cadáveres al Cementerio. Una multitud estuvo presente en todos los actos, bajo la mirada escrutadora de los enviados especiales de la prensa mundial que, dieron cuenta a sus países de origen de la tragedia vivida y desarrollada en nuestra ciudad. Con un pulso débil, Vitoria se despertaba aquel domingo 7 de marzo. El Deportivo Alavés disputaba el campeonato de liga de Segunda y afrontaba la jornada 25ª en puestos de promoción de descenso, pero empatado a puntos con Murcia, Córdoba y Ensidesa que estaban situados en posiciones de descenso directo. La temporada estaba siendo pésima, pese a las ilusiones puestas en ella. Las contrataciones de futbolistas como Valdano (Newell's Old Boys), futuro campeón mundial, el también argentino Adorno (Valencia), el hondureño Urquía (Mallorca), el portero Pereira (Valencia) o Sánchez Martín (Castilla), habían fortalecido una plantilla que aspiraba a situarse en la zona noble alta de la tabla. El marroquí-español Abdallah Ben Barek era el responsable técnico, mientras en los despachos gobernaba el ex jugador del Real Madrid, Zárraga. Los mimbres parecían perfectos para realizar una gran campaña, pero nada más lejos de la realidad. Desde el principio el equipo albiazul se metió en el pelotón de los torpes, teniendo que jugarse la categoría en una promoción frente al CD Logroñés, que afortunadamente se saldó con acierto. El 7 de marzo visitaba Mendizorroza el conjunto barcelonés del Sant Andreu, dos puntos por encima en la tabla, y con el histórico ex jugador del Barcelona César Rodríguez en su banquillo, que había sustituido al ex seleccionador nacional Domingo Balmanya. La entrada que re-gistró el campo fue muy floja, era de es-perar, saliendo los jugadores albiazules con brazaletes negros en señal de duelo por la matanza acaecida en Vitoria. El partido, malo de solemnidad, acabó co-mo empezó, con el empate inicial (0-0). Solamente Uriarte II, que fuera campeón de Liga con el Valencia en la 1970-71 y que llegó a Vitoria comenzada la temporada 1973-74 para ascender a Se-gunda, realizó la única jugada de calidad a falta de cinco minutos. Pero el meta visitante Blanch, guardameta al-biazul la siguiente temporada, protagonizó una gran parada a la no menos brillante volea de Gabriel Uriarte.

"Pido disculpas al público, por el deprimente partido que han visto. Hemos venido a realizar nuestro partido y que nos perdone la afición que es la que paga y pretende ver un espectáculo. Los aficionados tienen razón en sus protestas. Mi única misión es salvar al Sant Andreu".

"No hemos visto absolutamente nada de fútbol. Nuestros

jugadores han estado afectados por el ambiente y no ha salido el juego alegre de otras tardes. Tampoco hemos tenido el apoyo del público de otros días".