El Alavés se despide del 2025 arropado por su afición
Cerca de 800 aficionados se dan cita en Ibaia para cerrar el año junto a la plantilla babazorra
El Deportivo Alavés no estuvo solo en su entrenamiento de este martes en la Ciudad Deportiva José Luis Compañón. Atendiendo a la llamada, cerca de 800 aficionados babazorros acudieron a las instalaciones de Ibaia para disfrutar in situ del entrenamiento del equipo de Eduardo Coudet, que sigue preparado el importante partido de este domingo (18.30 horas) frente al Real Oviedo en Mendizorroza.
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Además de la hinchada, el protagonismo fue para el balón durante la sesión matinal, de algo más de una hora de duración. Los pupilos del técnico argentino ejecutaron distintos ejercicios de posesión, en una muestra más de cuáles son sus señas de identidad esta temporada. Moussa Diarra y Mariano, por cierto, completaron el entrenamiento como dos hombres más del plantel.
La única ausencia sobre el césped fue Nikola Maras, que se ejercitó por su cuenta, y Lucas Boyé hizo parte de la preparación con el grupo y el resto de manera individual. Sigue recuperándose el de San Gregorio. Asimismo, el Chacho contó con el trabajo de Gregoire Swiderski, Carlos Ballestero, Xanet Oláiz, Izei Hernández y Aitor Mañas, los cinco futbolistas del filial alavesista citados en esta ocasión.
BAÑO DE MASAS
Finalizado el entrenamiento, la plantilla del Glorioso se acercó a las bandas para reunirse con su gente. Pese a la inesperada lluvia y el frío, que ensuciaron un poco la mañana en Ibaia, las caras de ilusión fueron protagonistas en ese momento. Selfies, autógrafos, vídeos... Todos aprovecharon, sobre todo los más jóvenes, para llevarse a casa un recuerdo de este entrenamiento a puertas abiertas.
"Se ha levantado con nervios, despertándonos a su ama y a mí diciendo que quería venir ya hacia aquí. Faltaban todavía dos horas y media para el entreno... Pero bueno, aguantar el mal tiempo siempre vale la pena por ver su cara de felicidad", explicó Josu, aita de Nagore. "Quiero una foto con Tenaglia", respondió la joven, resguardada bajo su pequeño paraguas.
Mientras Nagore esperaba su cara a cara con el defensor argentino, a su lado un grupo de niños no pararon de pedir el balón. Este pasó muy cerca de ellos, sorprendidos por la velocidad del mismo, pero no llegó a sus manos. "Yo he traído mis guantes. Me encanta Sivera y espero conseguir su firma. Sé que me va a ayudar en mis partidos", explicó uno de ellos, celebrando cada parada del guardameta alicantino.
Con este chute de energía extra, el Alavés no tiene excusas para no salir motivado este domingo contra el Real Oviedo. Se espera, además, que Mendizorroza consiga -o se quede muy cerca- de su segundo lleno de la temporada. La venta de entradas iba a buen ritmo la semana pasada y el club habilitó la cesión de abonos para facilitar la afluencia de aficionados. Es una cita fundamental para los babazorros.