Eduardo Coudet, de las dudas a las certezas
Pese a convivir con la alargada sombra de Luis García en los primeros meses y no tener el respaldo de parte del alavesismo, el argentino ha acabado como un gran artífice de la salvación del 'Glorioso'
Pase lo que pase con él en próximas fechas tras evitar hablar acerca de su futuro una vez sellada la angustiosa permanencia en Pucela, Eduardo Coudet quedará para siempre como uno de los principales artífices del éxito conseguido por el Alavés en la temporada 2024-25.
La continuidad o no del entrenador argentino constituye en este instante la principal incógnita a resolver de cara a la planificación de la próxima campaña. Cuando hizo pública su incorporación a las 48 horas del empate (1-1) ante el Leganés en Mendizorroza, el Alavés confirmó que Coudet se comprometía hasta el próximo 30 de junio con la posibilidad de que el citado vínculo se alargase hasta 2026.
De un lado, cabe la opción de que la renovación sea automática en caso de sellarse la salvación o la posible continuidad del Chacho se debata en torno a otros parámetros que básicamente tengan que ver con la confianza de la zona noble hacia su figura al margen de la consecución del gran objetivo de la temporada.
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Por otro lado, también es factible la posibilidad de que sea el propio Coudet quien decida abandonar de motu propio el Deportivo Alavés y opte por probar una nueva aventura lejos de Vitoria.
Lo único claro es que el entrenador argentino ha conseguido el objetivo para el que fue contratado en su día. Y eso que no lo tuvo nada fácil desde que dio sus primeros pasos en Vitoria a primeros de diciembre del año pasado.
La afición no le acogió precisamente con los brazos abiertos. En buena medida porque fue el propio Chacho quien pagó los platos rotos de la ira y la frustración de buena parte del alavesismo con las altas esferas tras la destitución del entrenador que devolvió al Glorioso a la élite.
Luis García había calado tan hondo entre la masa social babazorra que cualquier recambio en el banquillo por el que Josean Querejeta y Sergio Fernández hubiesen apostado en aquel instante habría sido acogido a regañadientes y con buenas dosis de escepticismo.
Cambios controvertidos
En el caso de Coudet, el problema añadido fue que le costó dar con la tecla adecuada en la elección de los jugadores para los partidos. Por si ello fuera poco, algunos cambios en busca de un revulsivo para cambiar la inercia de lo que estaba aconteciendo sobre el césped le restaron toneladas de credibilidad.
Ante el Rayo Vallecano, por ejemplo, dio entrada a Villalibre por Manu Sánchez en el minuto 89 con 0-2 en el marcador. En otra jornada negra ante el Espanyol en Mendizorroza, también concedió la alternativa a Guridi en el descuento en lugar de Diarra con la consiguiente música de viento desde la grada.
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Como él propio Coudet reconoció al término de la victoria ante el Valladolid, su continuidad pendió de un hilo tras una reunión que mantuvo con Josean Querejeta.
“Yo, de momento, estaré el próximo lunes entrenando, pero aceptaré y entenderé cualquier decisión que pueda tomar el club. Los resultados mandan”, llegó a asegurar en la rueda de prensa posterior a la derrota ante el Espanyol.
La salvación se puso cuesta arriba, básicamente tras cuatro hirientes varapalos en Mendizorroza ante rivales asequibles como el Girona (0-1), el Getafe (0-1), los periquitos (0-1)y el Rayo Vallecano (0-2).
Sin embargo, Coudet se sintió con fuerzas para seguir al frente de un equipo que, al menos, actuaba más liberado y libre de ataduras lejos de la capital alavesa. Gracias a ese valioso botín de puntos facturado a domicilio, el Glorioso pudo agarrarse con uñas y dientes a la salvación.
Con el paso de las semanas, el Alavés vio la luz. Y en ello tuvo mucho que ver el trabajo en la sombra y el carácter impregnado por el entrenador albiceleste, que ha encontrado un once tipo capaz de ser recitado de carrerilla por la afición.
Guardia pretoriana definida
En este sentido, queda claro que el equipo demandaba a gritos el regreso del gasteiztarra Ander Guevara a la sala de máquinas. Coudet no ha tocado ni una pieza de un núcleo duro integrado por hombres como Sivera, Tenaglia, Mouriño, Blanco, Vicente, Guridi y Kike García. Manu Sánchez se asentó en el lateral izquierdo, mientras que Garcés cubrió de forma espectacular la sensible baja de Abqar en el eje de la zaga.
En estas últimas jornadas ligueras se ha visto un equipo bravo, intenso y disciplinado a más no poder que ha potenciado sus virtudes y disimulado sus carencias defensivas.
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Al Glorioso le ha costado encontrar el camino hacia el gol, pero por contra ha levantado un muro atrás que ha sustentado la ostensible mejoría a nivel clasificatorio.
Desde aquella derrota ante el Rayo que supuso el ansiado punto de inflexión, los albiazules han conseguido 14 de los últimos 24 puntos en juego. Durante este intervalo, Sivera tan solo ha recibido un gol del Real Madrid, otro del Sevilla y otro del Athletic.
Un paso al frente incuestionable que, por razones obvias, lleva la firma de Coudet, un técnico que ha trabajado con toda la honestidad del mundo para que el Alavés siga conservando su lugar entre la flor y nata del fútbol español.