El Alavés cree con firmeza en la salvación. Esa es la mejor conclusión de un derbi vasco redondo que mejora de forma ostensible la salud clasificatoria del conjunto vitoriano, agarrado a su seriedad defensiva, los acertados cambios de Coudet al descanso y un tanto providencial de Tenaglia mediada la segunda mitad para tumbar a la Real Sociedad.

El partido no tuvo un dominador claro, ya que el Alavés no renunció a la posesión de balón pese a la mayor calidad técnica y los numerosos peloteros de la Real Sociedad.

Los guardametas se convirtieron en meros espectadores de la velada dado que las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. Ambos equipos sufrieron dificultades para transitar en la zona ancha y llegar con peligro a la zona de tres cuartos. De hecho, hubo que esperar casi 20 minutos para el primer disparo, obra de Pablo Marín, que se marchó a las nubes.

Los ánimos de Mendizorroza, eso sí, estuvieron a punto de congelarse tras un córner a favor de la Real Sociedad que desembocó en una peinada de Brais a la que no llegó Oyarzabal en el segundo palo.

El Alavés generó poco peligro sobre el área de Remiro hasta el intermedio, pero aguardó pacientemente su oportunidad para dar el golpe de gracia. El plan de Coudet pasaba por estar bien plantado sobre el campo, cerrar todos los espacios y buscar las contras. Paradojas del destino, el gol de la victoria, eso sí, llegaría en una acción a balón parado.

Tenaglia empalmó un disparo antológico que batió sin remisión a Remiro y reforzó el solvente plan de Coudet

Carlos Martín, que dejó en el banquillo a Aleña, pasó de puntillas en la banda izquierda. Todo lo contrario que Carlos Vicente, muy participativo en la derecha para destapar las consabidas carencias defensivas de Javi López y que originó casi todo el peligro en las filas locales con sus célebres cabalgadas.

El maño fue el protagonista de la jugada más polémica de la velada. Con todo a su favor, Busquets Ferrer le amonestó por un piscinazo en el borde del área tras un regate a Pacheco que le dejaba completamente solo ante Remiro. A juicio del colegiado balear, el contacto del central de la Real no fue suficiente para ser sancionado en una jugada de indudable peligro para el Glorioso.

Cambios vitales

Coudet no acabó conforme con lo visto en esos primeros 45 minutos, ya que en el intermedio movió ficha al introducir sobre el césped a Guevara y Conechny en lugar de Carlos Martín y Jordán. Ambos dieron otro aire al equipo.

La velada discurrió por los mismos parámetros soporíferos. Nadie se atrevió a dar un paso hacia adelante y quemar las naves pese a que el punto no era un gran botín para nadie, especialmente los babazorros. La portería de Sivera se vio amenazada a la hora del encuentro con un tiro de Kubo que se marchó ligeramente desviado.

16

En imágenes: Ambientazo en el Alavés - Real Sociedad (¡Búscate en las fotos!) DNA

Las ocasiones llegaron con cuentagotas en un partido con excesivo centrocampismo y poca claridad de ideas, pero el Alavés vio la luz en un momento crítico donde apenas estaba sucediendo nada.

Tuvo que ser una jugada a balón parado la que pusiera en órbita al cuadro albiazul y avivara las esperanzas de salvación. El enésimo saque de esquina provocado, y también botado por Carlos Vicente, sirvió para dar tres puntos de oro gracias a la volea de Tenaglia más propia de un killer de área.

El lateral argentino, sin ningún miedo a sumarse al ataque en las jugadas a balón parado desde su llegada a Vitoria, empalmó un disparo antológico que batió sin remisión a Remiro y reforzó el solvente plan de Coudet.

Poco después, el técnico argentino apostó por el músculo de Benavídez con el fin de brindar oxígeno a la medular albiazul y cerrar definitivamente el partido.

Salvo a balón parado, pocos apuros pasó el Alavés de ahí a la conclusión del encuentro logrando así un triunfo que le permite salir de los puestos de descenso a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato. Con todo, un claro gol de Oskarsson anulado por fuera de juego puso el corazón en un puño a los seguidores gasteiztarras.

Ya son cuatro triunfos en la era Coudet (Betis, Villarreal, Girona y Real Sociedad) y la sensación de que el equipo cuenta con argumentos suficientes para hacer realidad el gran objetivo de la temporada pese a la extrema dificultad de los dos próximos compromisos (Atlético de Madrid y Athletic).