De cara a la próxima salida ante el Girona en Montilivi donde se ponen en juego otros tres puntos trascendentales, Eduardo Coudet se verá obligado a recomponer una línea defensiva que en los últimos tiempos había tenido un cuarteto claramente definido con la presencia sobre el césped de Tenaglia, Abqar, Mouriño y Manu Sánchez.

La ausencia obligada por sanción del lateral derecho argentino tras cumplir su segundo ciclo de amonestaciones motivará algún tipo de variación por parte del discutido entrenador alavesista, cuyos cambios para variar el rumbo en la segunda parte y dirección de campo no están convenciendo a la cada vez más soliviantada grada de Mendizorroza.

El recambio natural de Tenaglia en la plantilla, Hugo Novoa, no está ni se le espera tras el año negro que está viviendo en Vitoria por culpa de las lesiones. Por todo ello, la apuesta más lógica consiste en desplazar a Mouriño al lateral derecho y dar entrada en el eje de la zaga a Diarra o Garcés junto a Abqar manteniéndose Manu Sánchez en el lateral izquierdo.

Ello implicaría dar continuidad al sistema de cuatro defensas al que Coudet ha recurrido casi siempre desde que cogió las riendas del Alavés en sustitución de Luis García.

La opción de tres centrales

Sin embargo, existe otra variante táctica que no puede descartarse de antemano para medirse al Girona. La anterior ocasión en que Tenaglia se perdió un partido por sanción, en concreto el que enfrentó al Alavés en Mestalla ante el Valencia el pasado 22 de diciembre y saldado con un cruel empate a dos tras un postrero tanto de Dani Gómez en el minuto 98, Coudet plantó al equipo albiazul con tres centrales y un sistema de 5-3-2.

La anterior ocasión en que Tenaglia se perdió un partido por sanción, en concreto el que enfrentó al Alavés en Mestalla ante el Valencia el pasado 22 de diciembre y saldado con un cruel empate a 2 goles, Coudet plantó al equipo albiazul con tres centrales

En aquella ocasión, Pica entró en el once inicial como tercer central junto a Abqar y Diarra quedando todo el carril derecho para un Carlos Vicente más entredicho que nunca desde su llegada al Glorioso en diciembre del 2023.

El maño, que ha perdido su condición de indiscutible en el once, dispuso aquel día de toda la banda para él, aunque queda claro que su novedosa posición también pudo ser un simple experimento de Coudet para salir del paso debido a la ausencia de Mouriño por lesión. Con el uruguayo en perfectas condiciones, la situación varía de forma notable y no será necesario dar una vuelta de tuerca tan pronunciada al equipo inicial.

A nivel defensivo, Carlos Vicente puede sufrir ante jugadores de un corte similar que le encaren en el uno contra uno, de ahí que no parezca la mejor opción repetir aquel experimento ante jugadores tan peligrosos como Asprilla y Danjuma que se mueven por esa demarcación en las filas gerundenses.