Toni Martínez apenas lleva unos meses en Vitoria-Gasteiz, pero ya se siente como uno más. Y eso es muy importante, pues es uno de los grandes proyectos a medio plazo del Deportivo Alavés, quien le firmó hasta 2028. Antes, pasó por las canteras del Real Murcia, el Valencia y el West Ham inglés, jugando cedido en varios clubes para después firmar por Famalicão y llamar la atención del Oporto.
¿Cómo entra el fútbol en su vida?
Es curioso, y lo hablo muchas veces con mi madre. Mi hermano mayor empezó a jugar a los cinco años y yo, con dos menos, siempre decía de ir a entrenar con él. Pero a mi edad no se podía entrar aún en un equipo. Afortunadamente, hubo un entrenador que sí me dejó, aunque sin ficha, y estuve hasta cumplir los cuatro pegando patadas al balón en el campo de arena. Jugaba cinco minutos y luego pasaba el resto del tiempo haciendo castillos.
Imagino que su pasión por el fútbol le llevó a aficionarse al Real Murcia.
Sí, sí. También tuve la suerte de jugar en el Murcia muy pronto. A los diez años ya estaba en la cantera. En esa época veía a Kike (García) desde la grada. Es un privilegio poder compartir vestuario con él ahora.
Le han tocado, eso sí, años difíciles como grana.
Bueno, tengo recuerdos del Murcia en Primera División. Aun así, está claro que es triste ver a clubes históricos pasar por momentos complicados e, incluso, estar cerca de la desaparición. Gracias a Dios, parece que se está recuperando. Con una afición como la que hay allí, siempre hay esperanzas. Ojalá vuelvan a donde se merecen.
"Tener hijos cambia las prioridades que uno tiene en la vida"
Luego puso rumbo a la cantera del Valencia, ¿fue difícil salir de casa?
Difícil y rápido, sí. Recuerdo que estaba jugando un sábado con el Murcia y, al acabar el partido, el director del fútbol base del Valencia me dijo que empezaba allí el lunes. Se lo conté a mis padres a la noche, mientras cenaba una tortilla, y decidimos dar el paso. A mi madre le costó asimilarlo, era su niño. Luego, ya en Paterna, ni sé las llamadas que les hice. O los viajes que tuvieron que hacer para venir a verme porque decía que me quería volver. Afortunadamente, todo ha valido la pena.
Allí coincidió con Sivera, y comparten una anécdota curiosa.
Sí, en la Youth League, que permitían bajar tres jugadores de categorías superiores. Y bueno, nos eliminó el Chelsea por un penalti que metimos y el árbitro dijo que no había entrado. Hoy en día no pasaría con el VAR. Ha pasado mucho tiempo, pero todavía nos molesta. Teníamos equipo para ganar el torneo.
¿En qué se diferencian ese Toni y el actual?
Soy mucho más maduro, no cabe duda. Más que nada porque ahora tengo dos hijos, y eso cambia las prioridades que uno tiene en la vida. Valoro mucho más las cosas, sé gestionar mejor las emociones e intento ponerme siempre en el lado de los demás ante cualquier situación. Antes tomaba decisiones sin pensarlas dos veces.
¿Qué tal la adaptación a Vitoria-Gasteiz?
Espectacular. La verdad es que es una ciudad muy fácil, sobre todo con el club ayudando desde el primer momento. Los niños están contentos en el colegio, mi mujer igual con su día a día y ya nos sentimos como uno más. Muchas veces decimos que parece que llevamos muchos años viviendo aquí.