La permanencia en Primera División pasa por volver a hacer de Mendizorroza un fortín. El Deportivo Alavés afronta otra final anticipada con la visita del Espanyol, un encuentro que constituye el escenario propicio para dar un golpe sobre la mesa. Y es que, en caso de derrotar a la escuadra perica, el conjunto vitoriano superaría al Espanyol por un punto en la clasificación, pero si desperdicia esta oportunidad, la situación clasificatoria se agravaría todavía más para los intereses del equipo liderado por el 'Chacho' Coudet.

Tras las anteriores oportunidades desperdiciadas para escapar de los puestos de descenso, como la derrota frente al Getafe, en casa, o el empate en Butarque, cuando el Alavés fue capaz de darle la vuelta y llegar con el 2-3 al epílogo, el enfrentamiento ante el Espanyol es a todas luces “una final” para el Glorioso, y así lo definió el propio Kike García en unas declaraciones emitidas este martes por el club.

Precisamente, este sábado se verán las caras el peor visitante de la categoría –el Espanyol– y el segundo peor equipo local de toda la Primera División, que no es otro que el Deportivo Alavés. En concreto, el conjunto catalán no ha ganado ninguno de sus compromisos fuera de Barcelona y su bagaje es de dos empates y nueve derrotas a domicilio con un reparto de seis goles a favor y 22 en contra.

El equipo dirigido por Manolo González refleja una de las paradojas más llamativas de Primera División. Del total de 24 puntos logrados hasta estas alturas del curso, 22 se han obtenido en el RCDE Stadium. Entre ellos se encuentran la victoria frente al Real Madrid y el reciente empate ante el Athletic.

2 puntos a domicilio De los 24 puntos que acumula el Espanyol, tan solo dos los ha logrado a domicilio. En contrapartida, es el séptimo mejor local de la categoría.

Es decir, el Espanyol ha obtenido el 91% de sus puntos en casa, una estadística que convierte al próximo rival babazorro en el séptimo mejor equipo local de la categoría, pero al mismo tiempo en el peor visitante, con un punto de diferencia respecto al Valladolid, ya que los únicos tres puntos logrados por el conjunto pucelano fuera de casa se dieron, precisamente, en su visita al Alavés.

El Alavés, muy poco solvente en casa

El equipo albiazul, por su parte, es más equilibrado que el Espanyol en cuanto al puntaje obtenido tanto de local como de visitante, pero no es precisamente el conjunto más sólido de Primera División en su feudo. De hecho, el Deportivo Alavés todavía no conoce la victoria en Mendizorroza tras el cambio de entrenador y tan solo ha sido capaz de obtener 13 puntos en los 11 encuentros celebrados en el recinto del Paseo de Cervantes. A domicilio, la suma es de nueve puntos, los mismos que ha obtenido, por ejemplo, Osasuna, y más que los del Celta de Vigo (6), Valencia (5), Valladolid (3) y Espanyol (2).

Estas dificultades para hacer de Mendizorroza un auténtico fortín constituyen uno de los motivos por los que el Deportivo Alavés se encuentra en una situación clasificatoria tan poco favorable. Tan solo el Valladolid –colista que recientemente ha destituido a su técnico Cocca– ha obtenido menos puntos como local que el Glorioso.

Cabe recordar que en el pasado ejercicio el conjunto vitoriano se caracterizó precisamente por su fiabilidad en casa. En esta campaña, sin embargo, el Deportivo Alavés ha dejado escapar puntos de manera sistemática, como en la derrota frente al Valladolid, el Getafe y el Girona. De hecho, la última vez que la afición albiazul celebró un triunfo en Mendizorroza fue el pasado 1 de noviembre frente al Mallorca.

Desde entonces, no ha habido manera de sumar victorias y lo cierto es que la sensación, al menos con Coudet, es que el equipo se ve más suelto a domicilio que en casa. Así lo manifestó el propio técnico argentino en la previa de la visita a Butarque, donde instó a los suyos a hacer de Mendizorroza un estadio “jodido para los rivales”.