Punto y final a la etapa de José Manuel Aira en el banquillo del Miniglorias. Así lo anunció este domingo el Deportivo Alavés como consecuencia de los malos resultados de su filial, que está en puestos de descenso y sigue sin conocer la victoria habiendo disputado ya las primeras once jornadas del campeonato de Segunda Federación.
Hacía falta un cambio de rumbo antes de llegar a un punto de no retorno y la decisión se tomó después de la derrota de ayer en casa del Arenas de Getxo, dirigido por el exalbiazul Ibai Gómez y actual líder del grupo. No fue esa la peor actuación babazorra del curso, pero sí la que terminó provocando el cese del técnico leonés.
Aira tomó las riendas del filial alavesista en 2022, reemplazando a Toni Seligrat tras el ascenso a Segunda RFEF, y su primer año al frente fue muy positivo. El Miniglorias acabó segundo la fase regular y se quedó a un solo paso de subir a la tercera categoría del fútbol español, cayendo en la final del play off contra el Atlético Sanluqueño.
Desde ese momento, sin embargo, el camino se torció en exceso. La temporada pasada, pese a ser uno de los claros favoritos, el Alavés se quedó fuera de la promoción, desaprovechando múltiples ocasiones para engancharse a ella, y el inicio de la presente campaña está siendo para olvidar, con un balance de siete empates y cuatro derrotas.
El reto, eso es cierto, no era sencillo, pero tampoco Aira ha estado a la altura. Se confió en él para la renovación del equipo, que vio salir a varios de sus estandartes en verano (Parada, Diallo, Maroan, Julen Jon, Ropero, etc.). Y en ningún momento ha sido capaz de hacer funcionar no solo a las caras nuevas, sino también a las ya conocidas.
Otra circunstancia, además de las salidas, que ha hecho daño al Miniglorias ha sido la irrupción de Adrián Pica en el primer equipo. Si bien ese es el principal objetivo de un filial, muy por encima de los resultados, no es fácil sobreponerse a la ausencia de un futbolista que estaba llamado a ser titular indiscutible en el núcleo de la retaguardia.
Lo más preocupante en lo futbolístico ha sido ver a un Alavés B plano, sin apenas verticalidad y con muy pocas ideas. Algo que se ha cubierto con el ímpetu colectivo, siempre característico, y distintas acciones individuales, pero que ha acabado siendo insuficiente para los intereses tanto de Aira como del propio equipo gasteiztarra.