Las palabras de Sergio Fernández sobre Abde Rebbach, a quien puso en el mercado hace unas semanas -durante el desayuno informativo de final de curso-, no han pasado desapercibidas entre los clubes de Segunda División. Varios son los que han llamado a las oficinas del Alavés preguntando por la cesión del extremo argelino y, salvo sorpresa, ese será su destino, con la idea de que disponga de un número importante de minutos.
Una de las entidades, en concreto, que se ha interesado por la situación de Abde, según publica la Cadena Ser, es el Tenerife. Los chicharreros, tras una temporada floja, buscan savia nueva para su banda izquierda y las cualidades del futbolista babazorro, hábil en el uno para uno y con buen remate, gustan mucho tanto a su secretaría técnica como a su entrenador, Óscar Cano, con quien, curiosamente, comparte agencia de representación.
Que el argelino esté en la rampa de salida es consecuencia no solo de los refuerzos del Alavés en su zona, donde ha llegado Tomás Conechny y podría hacerlo Giuliano Simeone, sino también debido a su escasa participación la temporada pasada. Jugó un total de 713 minutos -de las cifras más bajas de la plantilla- y tal falta de efectividad le impidió mostrar su mejor versión, la cual solo apareció en el duelo copero disputado en Murcia.
Esto último, eso sí, no significa que el club gasteiztarra no confíe en su proyección. En Mendizorroza valoran su cesión como una oportunidad para que demuestre de lo que es capaz, mejore todo lo posible y vuelva con fuerza el próximo año. Si no fuera así, no le habrían renovado hasta 2028, lo que, cabe mencionar, convirtió su contrato en uno de los más longevos del vestuario, junto a los de los recién llegados Asier Villalibre y Conechny.
Durante sus dos años en el primer equipo babazorro, a donde ascendió después de brillar sobremanera en el Miniglorias de Toni Seligrat, Abde ha disputado un total de 51 encuentros y ha marcado seis goles. Siempre se ha mostrado como un jugador con chispa, valiente para atacar a su par; y, si no ha tenido más protagonismo, ha sido por su escasa polivalencia -no convence en la banda contraria- y su mejorable sacrificio defensivo.
