El nombre de Luis García Plaza ha estado en boca de todo el alavesismo durante las últimas semanas. Después de un curso sobresaliente –el segundo consecutivo–, la afición esperaba con ansia que el club babazorro cerrase su renovación y, aunque se hizo de rogar, el gran anuncio terminó llegando el pasado viernes. Fue de manera exprés, con la idea de llegar a la fiesta del sábado sin incógnitas, y este lunes ya se celebró el acto oficial.
“Estoy muy feliz. No hay mejor sitio para estar que en el que uno se siente valorado, querido e ilusionado. Mi cuerpo rebosa Deportivo Alavés por todos lados y no puedo hacer otra cosa que agradecer el apoyo tanto de mi familia como de mi cuerpo técnico, la plantilla y la propiedad. Gracias, de verdad, por hacerme pasar dos de los años más felices de mi carrera”, arrancó el técnico madrileño, que ha firmado por dos años, su comparecencia.
La primera de las cuestiones fue sobre su renovación, acerca en concreto de las razones que la han retrasado hasta la recta final de la temporada. “Mi prioridad siempre ha sido escuchar al Glorioso. Pese a que estaba en el mercado, yo sabía que, si llegábamos a un acuerdo, íbamos a seguir. Ellos pusieron unas fechas y, cuando llegaron, nos sentamos y firmamos. A partir de ahí, solo queda seguir construyendo con ambición”, explicó.
En esto último, precisamente, profundizó Luis García al abordar las líneas maestras del proyecto, en el que el Alavés “parte con ventaja” debido al trabajo ya realizado. Quiere jugadores “con hambre” y “ganas de crecer” dentro de un equipo “camaleónico”. Ve fundamental, asimismo, contarle a los nuevos “lo que es este club”, para así formar un grupo “ilusionado”, que vaya “a tope” en cada partido y se levante en las derrotas.
El madrileño es consciente de que mejorar lo de esta temporada no va a ser tarea sencilla, pues el conjunto albiazul está en disposición de quedar noveno, pero eso no le impide soñar. “Los años buenos hay que disfrutarlos. Igual no quedamos octavos el próximo curso, pero el listón, cuanto más alto, mejor. Lo que sí tenemos claro es que, si no quedamos más arriba, no pasa nada. El principal objetivo siempre es la permanencia”, manifestó.
"EL DÍA A DÍA HARÁ POSIBLE EL FUTURO"
Por otro lado, Luis García ha admitido que seguir haciendo historia en el Alavés, como sería recortar distancias a Mané en cuanto a número de partidos dirigidos, es algo que le motiva, si bien no piensa en ello: “Los entrenadores no miramos más allá. En mi cabeza está el choque de Las Palmas y reunirme con Sergio (Fernández) para planificar lo que viene. Ojalá podamos estar aquí mucho tiempo, pero es el día a día el que te da ese futuro”.
Lo que sí tiene claro el madrileño es que, mientras esté en Vitoria-Gasteiz, consolidar al cuadro babazorro en la élite va a ser uno de sus objetivos, y eso que, en su día, tuvo dudas. “Cuando vine, en 2022, había incertidumbre, porque el club pasaba por un mal momento y la falta de continuidad en el banquillo me preocupaba. Ahora, sin embargo, estoy muy contento y creo que me he adaptado bien tanto al Glorioso como a la ciudad y su gente”, admitió.
Por último, Luis García apuntó cuál ha sido para él y su cuerpo técnico, más allá de los resultados, el mayor éxito de estos dos años al frente del banquillo gasteiztarra: “Lo más difícil es crear una identidad de equipo, y considero que lo hemos conseguido. Toca seguir trabajándola, pero los rivales saben a quién se enfrentan y, si algún día perdemos eso, nos irá mal. También destaco la ambición del vestuario incluso con el objetivo ya cumplido”.
Además, como no hay que perder las buenas costumbres, el entrenador del Alavés se despidió con una frase en euskera que, días atrás, ya había pronunciado en castellano: “Lo mejor está por llegar”. La exigencia para alcanzar cotas más altas va a ser extrema, pero, llegado a este punto, nadie en la afición duda de que, con trabajo y confianza, el club puede vivir otra época dorada, sobre todo si mantiene el valor humano que tanto le ha representado últimamente.