La meritocracia, una de las señas de identidad de Luis García Plaza como entrenador, hace que los equipos sean más competitivos, pero no siempre es favorable para todos sus integrantes. Cuando el juego y los resultados acompañan, es irremediable que se establezca una base de futbolistas habituales y, por ende, resulta complicado meterse en ese grupo si no se forma ya parte del mismo, pues las oportunidades son limitadas y están diseminadas.

Dentro del Deportivo Alavés, el ejemplo más claro de lo anterior es Giuliano Simeone. El atacante argentino, promesa del Atlético, llegó cedido a Vitoria durante el último mercado estival con la esperanza de ser una pieza importante y sumar así el mayor número de minutos posible en la élite. Algo que no parecía difícil en vista de sus apariciones en pretemporada, pero que se fue al traste tras la entrada criminal de José Matos.

Cinco meses tuvo que estar de baja Giuliano como consecuencia de esa acción, en la que el defensor del Burgos le rompió el peroné, y a su regreso, si bien estuvo muy cerca del equipo a lo largo de toda su recuperación, se encontró un escenario muy diferente al del verano. Aunque la confianza del Alavés en su irrupción seguía intacta, la competencia era mucho más feroz y tanto Samu Omorodion como Kike García le sacaban mucha ventaja

Giuliano Simeone se lamenta tras el segundo gol del Athletic. Miguel Toña

Luis García le dio una oportunidad nada más estuvo disponible, eso es cierto; pero, desde esa reaparición en Anoeta, donde jugó 20 minutos, y posteriores actuaciones en Copa –fue titular ante el Athletic en San Mamés–, parece que se ha disipado la ilusión general por su vuelta. De ser considerado como un refuerzo invernal más, ha pasado a formar parte del grupo de futbolistas que están en tercer plano, por detrás de los titulares y los revulsivos.

Cambiar esto último, además, no va a ser fácil para Giuliano. El buen momento por el que pasan Samu y Kike, quien es suplente solo porque el melillense está intratable, le impiden actuar en punta –si el técnico babazorro jugara con dos, que no es el caso, sería más sencillo–; y lo mismo ocurre en las bandas. En la derecha, Álex Sola y Carlos Vicente están brillando como los que más y, en la izquierda, la jerarquía de Luis Rioja pesa demasiado.

Ante tal escenario, el mejor momento para el delantero argentino, nacido en Roma y también con nacionalidad española, podría ser en la recta final de la temporada, siempre que el Alavés asegure la permanencia antes de tiempo, tal y como se espera. Con el objetivo ya cumplido, la exigencia sería menor, si bien acabar más arriba o abajo en la tabla importa de cara al límite salarial, y debería contar con más minutos para poder demostrar su valía.

ESCASO PROTAGONISMO

Quienes, al igual que Giuliano Simeone, están teniendo muy poco protagonismo en este inicio de la segunda vuelta son Abde Rebbach, Ianis Hagi y Xeber Alkain, aunque sus situaciones son bastante diferentes. Todos ellos, al contrario que el futbolista rojiblanco, han dispuesto de varias oportunidades durante la temporada para convencer a Luis García y no lo han conseguido, dicho por el propio técnico alavesista en distintas ocasiones. 

El caso más evidente, en concreto, es el de Abde. El canterano albiazul tiene talento, por eso se le ha renovado hasta 2028, y ha dejado varios detalles interesantes a lo largo del curso, pero el entrenador madrileño le pide más, ya juegue “siete minutos, veinte o sea titular”. Al argelino le falta ser más regular, lo cual, eso sí, no es fácil sin continuidad, y también ayudar más al equipo en labores defensivas, en lo que sí destaca Rioja. 

Respecto a Hagi, lo cierto es que está siendo una de las decepciones de la temporada. Llegó a Mendizorroza para marcar diferencias, con muy buenos comentarios de Glasgow; pero, hasta el momento, no ha logrado adaptarse a la exigencia de LaLiga. Pese a que nadie duda de su calidad con el balón en las botas, la técnica no lo es todo para brillar al máximo nivel. Ha pasado completamente desapercibido en la gran mayoría de sus actuaciones.

Abde celebra su primer gol en la máxima categoría. Iñigo Foronda

Alkain, por su parte, se ha estado dejando todo sobre el césped para tratar de hacerse un hueco en la élite y, sin embargo, no ha sido suficiente. No se ha desarrollado lo suficiente, al menos de momento, para rendir en Primera División y, si no ha salido en alguna de las dos ventanas de fichajes de esta campaña, no ha sido por falta de ofertas, sino por decisión propia. Habrá que esperar al verano para ver qué decide hacer el club con él.

Echando un vistazo al reparto de tiempo de juego en Liga, puede verse que Joaquín Panichelli, recuperado hace poco de su lesión de rodilla, es el integrante del primer equipo del Alavés que menos minutos ha disputado (2) y a este le siguen Giuliano (48) y Alkain (270). Luego ya hay un salto en el que aparecen otros nombres como los de Carlos Vicente (332), Nahuel Tenaglia (447), Carlos Benavídez (537), Hagi (569) o Abde (609).