La ilusión por la Copa del Rey sigue viva para el Deportivo Alavés. Gracias a un gol de Carlos Benavídez, los babazorros, que hicieron méritos para una diferencia mayor, superaron (1-0) al Real Betis este sábado en Mendizorroza, adueñándose así de uno de los billetes para los octavos de final. El próximo rival se conocerá el lunes, a partir de las 13.00 horas, en el sorteo que se celebrará en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. 

Para este duelo copero, Luis García Plaza optó por variar gran parte del once que había formado días atrás en Anoeta, donde sumó un punto ante la Real Sociedad. Hubo un total de siete novedades, y solo repitieron Nahuel Tenaglia, Javi López, Ander Guevara y Luis Rioja, a quienes acompañaron Jesús Owono, Álex Sola, Rubén Duarte, Benavídez, Ianis Hagi, Carlos Vicente –en su primer titularidad con la zamarra albiazul– y Kike García.

El inicio del choque fue similar al que ambos protagonizaron en el mes de octubre, también en Mendizorroza. Aun cediendo la posesión al Betis, el Alavés saltó al césped dispuesto a llevar la iniciativa y, con su presión alta e intensa, complicó sobremanera la salida de los verdiblancos. Esto le permitió a los albiazules recuperar el esférico en campo rival y, por medio de combinaciones rápidas, arremeter contra la meta de Rui Silva.

 La primera, y más clara, ocasión de peligro, eso sí, no llegó a través de dichas transiciones, sino a balón parado. A los ocho minutos, una acción ensayada acabó con un centro de Rioja al corazón del área y allí apareció Tenaglia para, de cabeza, enviar la pelota al palo. Hubo más acercamientos durante la primera mitad, pero ninguno supuso demasiada amenaza. Además, el desgaste fue notándose cada vez más según se acercaba el descanso.

El Betis también merodeó la meta de Owono, si bien es cierto que de manera bastante tímida. Las dos mejores ataques de los de Pellegrini llegaron fruto de errores de entendimiento entre el propio guardameta babazorro y su zaga; afortunadamente, no hubo que lamentar ninguna de esas confusiones y, pese a esto último, el buen hacer defensivo fue de los más significativo de la primera parte, al menos en lo referente al Alavés.

Aun con bajas muy importantes (Abqar, Marín y Sedlar), la retaguardia supo solventar los diferentes retos que le planteó el cuadro sevillano, sobre todo Tenaglia y Duarte. Ambos se mostraron acertados en sus intervenciones y, por si su desempeño no era suficiente para detener a los béticos, contaron siempre con la inestimable ayuda de Benavídez. Sola fue, entre quienes comparten esa misma tarea, el único que desentonó.

Ya en inicio del segundo tiempo, el Alavés volvió a apretar y, después de un par de avisos muy claros por parte de Kike, obtuvo el premio merecido. Cerca de la hora de juego, el Betis se complicó más de lo debido al tratar de sacar un balón en su área y, aprovechando el rechace, Benavídez hizo un pase a la red desde la frontal para colocar el 1-0. Se generó mucho peligro a través de las bandas, sobre todo por la derecha, con Vicente y Sola. 

Al verse por detrás en el electrónico, los verdiblancos trataron de dar un paso al frente, pero sin demasiado éxito. Los babazorros mantuvieron su intensidad y, con la idea de seguir en esa línea, Luis García dio entrada inicialmente a Giuliano Simeone (Hagi), a quien más tarde terminaron sumándose Andoni Gorosabel (Sola), Abde Rebbach (Rioja), Antonio Blanco (Vicente) y Xeber Alkain (Kike), ya en la prolongación los dos últimos.

En la recta final de la contienda, la realidad es que, si alguien mereció marcar, ese fue el Alavés. Los locales leyeron a la perfección el escenario y, pese a que el Betis se acercó a la portería de Owono, lo hizo sin demasiado peligro. Hubo, además, un claro penalti de Mendy sobre Giuliano que el árbitro, Iglesias Villanueva, no señaló. El VAR, cabe recordar, no entra hasta rondas más avanzadas del torneo.