La visita al líder fue un martirio para el Deportivo Alavés. El conjunto vitoriano, en búsqueda de su primera victoria del curso a domicilio ante un rival de altura como el Girona, se dio de bruces con un adversario que demostró a la perfección los motivos de su liderato.

Sin paliativos. El equipo de Míchel dominó el desarrollo de la contienda a su antojo ante un Deportivo Alavés timorato en la primera mitad y castigado por un planteamiento inicial que no surtió el efecto deseado.

En vista del potencial ofensivo del Girona, Luis García apostó por una retaguardia formada por cinco defensas y un doble lateral derecho. La idea era clara: detener el desequilibrio de Savinho y fortificar el eje de la zaga ante el omnipotente Artem Dovbyk. Los hombres elegidos por el técnico madrileño fueron Andoni Gorosabel y Javi López en los costados, acompañados por Nahuel Tenaglia, Rafa Marín y Rubén Duarte en el eje de la zaga.

En esta ocasión, los carrileros no encontraron la manera de atacar los espacios y tuvieron que depositar toda su atención en frenar a auténticos aviones como Yan Couto y Savinho.

Sin embargo, el castillo de naipes babazorro se vino abajo a los 20 minutos de juego, pues el fornido ariete Dovbyk materializó en el área pequeña un despeje de Antonio Sivera. Y poco antes de enfilar el túnel de vestuarios, Portu puso el segundo de la noche tras un disparo medido e inalcanzable para el guardameta babazorro. Un castigo difícil de enmendar.

Sin respiro

El Girona, sostenido por sus incesantes posesiones y también por la comodidad del marcador, convirtió la primera mitad en un constante asedio donde el Alavés apenas entró en juego.

De hecho, en las pocas ocasiones en las que la escuadra vitoriana recuperó el balón, el Girona rápidamente se volvió a adueñar del esférico e impidió así a los vitorianos ejecutar sus transiciones hacia el área rival. La presión tras pérdida de la escuadra de Míchel fue soberbia, pues dejó sin oxígeno al Alavés.

En ataque, la consigna de los pupilos de Luis García no era otra que buscar al espacio a Samu Omorodion, pero el ariete melillense no recibió pases a la espalda de la defensa catalana.

Tímida reacción

Tras la vuelta de vestuarios, el Deportivo Alavés trató de dar un paso hacia adelante. El equipo vitoriano presionó más alto al Girona, pero cuando más asentado estaba el conjunto albiazul, el anfitrión encontró un penalti muy liviano para acabar de certificar el triunfo. En esta ocasión, Yan Couto sorteó a Javi López y el lateral babazorro tocó ligeramente al brasileño. Lo suficiente como para que el colegiado Hernández Maeso decretase la pena máxima.

El tercer tanto del Girona supuso un jarro de agua fría para el Deportivo Alavés. Y es que en el inicio de la segunda mitad se vio una versión más reconocible en la presión y con mayor valentía en el último tercio. Sin embargo, el Girona impuso la lógica y sus credenciales, siendo netamente superior a la escuadra alavesa y demostrando los motivos de su colchón de puntos, que alcanza ya la cifra de 44.

Como es lógico, el Glorioso trató de minimizar daños en la recta final y quiso sufrir lo mínimo antes del trascendental choque ante el Real Madrid. El equipo de Luis García, inmerso en una dura recta final de año ante los rivales más poderosos del campeonato, afronta el choque ante el conjunto blanco con un mínimo colchón de tres puntos respecto a la zona de descenso y con la necesidad de dejar atrás el severo correctivo sufrido ayer en Montilivi.