Cuando el rival es superior, no queda otra que felicitarle por su actuación y pensar en el próximo partido. No estuvo bien el Deportivo Alavés en su visita a Montilivi, donde el Girona, de nuevo líder de Primera, demostró por qué está peleando el campeonato, y alargó así su mala racha lejos de Mendizorroza. Los goles de Artem Dovbyk, en dos ocasiones, y Portu hicieron justicia a la superioridad de los locales e impotencia de los visitantes (3-0).

Para la exigente visita al feudo gironí, Luis García Plaza optó por modificar su dibujo habitual y ordenar a sus pupilos con una línea defensiva de tres centrales y dos carrileros, tal y como había hecho, y con buenas sensaciones, en la reciente visita al Barça. Las novedades en el once, respecto a la derrota ante Las Palmas, fueron Nahuel Tenaglia, Rubén Duarte y Ander Guevara en detrimento del sancionado Abdel Abqar, Abde Rebbach y Ianis Hagi. 

Ya desde el pitido inicial, el planteamiento de ambas escuadras sobre el césped de Montilivi fue más que evidente. El Girona tomó la batuta del juego, buscando salir con el balón controlado desde atrás para, ya en ataque, aumentar las revoluciones, y el Alavés, incapaz de competir por la posesión, aguardó atrás su momento, siempre con la intención de hacer daño al contragolpe por medio de la velocidad y potencia de Samu Omorodion. 

Ese plan, sin embargo, no le funcionó nada bien al Glorioso, al contrario que en anteriores ocasiones. La movilidad de los futbolistas locales dificultó sobremanera la labor de la retaguardia albiazul y, con el equipo cada vez más metido en su propia área, fue imposible alejar el peligro de la meta de Antonio Sivera. Así, a los 22 minutos, Dovbyk aprovechó un rechace del guardameta alicantino a disparo de Yan Couto para cabecear a la red (1-0).

No mejoró el panorama con el paso de los minutos. Pese a que se intentó apretar después del gol, el repaso táctico del Girona hizo que el Alavés se sintiera en inferioridad numérica, aunque en realidad no lo estuviese. Prácticamente ninguna de las transiciones gasteiztarras llegó a buen puerto y, al verse tan cómodo, el conjunto catalán solo tuvo que esperar una nueva oportunidad para ampliar su ventaja, la cual llegó al borde del descanso.

Portu, con un potente derechazo cruzado, sorprendió a Sivera, puso el 2-0 y, de esta manera, los de Míchel evidenciaron por qué están peleando por el campeonato y no por la permanencia, como sí hace el Glorioso. Los babazorros no tuvieron ninguna opción, más allá de una arrancada de Samu al principio, para sorprender al meta visitante Gazzaniga y buena muestra de la impotencia fueron los gestos de desesperación de Luis García en el palco.

SIN SORPRESAS EN LA SEGUNDA MITAD

Tras el paso por los vestuarios, el Alavés arrancó con más valentía la segunda mitad, lo que le permitió jugar por primera vez en campo rival, pero no le sirvió de mucho. En una acción individual, Yan Couto fue derribado de manera clara por Javi López en el área gasteiztarra y brindó así a Dovbyk la oportunidad de marcar su segundo gol de la noche. No perdonó el ariete ucraniano desde el punto de penalti, colocando el 3-0 en el electrónico.

Para intentar meter a su equipo en la contienda, el segundo entrenador albiazul, Pedro Rostoll, introdujo inicialmente a Hagi y Abde en lugar de Jon Guridi y Luis Rioja. Más tarde, también saltaron al césped Álex Sola (Gorosabel), Kike García (Samu) y Carlos Benavídez (Antonio Blanco), aunque ninguno de los cinco relevos tuvo la influencia deseada. Algo lógico, eso sí, teniendo en cuenta el resultado adverso con el que se encontraron.

El desenlace del partido no tuvo ningún misterio. El Girona, muy cómodo con su amplia ventaja, levantó el pie del acelerador y el Alavés buscó, sin demasiado éxito, maquillar el resultado. Duarte dispuso de la mejor ocasión babazorra de la noche, cuando, por medio de un potente zurdazo desde la frontal, estrelló la pelota en el travesaño. No se movió el marcador y, con el 3-0, Hernández Maeso decretó el final del encuentro.