Si la jornada anterior, de cara a la exigente visita al Ciutat de València, hubo un dilema a la hora de elegir a los integrantes de la zaga, donde, con el regreso de Abdel Abqar, se abría de nuevo el abanico de posibilidades, ahora esa duda se ha trasladado a la sala de máquinas. Jon Guridi, sancionado por ciclo de tarjetas, no podrá jugar el viernes frente al Granada y, por ende, Luis García Plaza tendrá que elegir con quién sustituirlo. 

Cabe recordar, en este sentido, que el de Azpeitia no ha ocupado el puesto de mediapunta en las dos últimas jornadas, al contrario que en el resto del curso. Ante el Leganés –y también el Orriols–, el técnico madrileño optó por retrasar su posición y colocarle en el doble pivote. Una demarcación que le ha impedido llegar con tanta facilidad al área rival, pero que sí le ha hecho participar más activamente en el juego del equipo.

Entonces, la primera de las alternativas que maneja Luis García para acompañar a Antonio Blanco, el segundo integrante en esa zona del campo, es Salva Sevilla. Pese a que no es tan físico como Guridi, el almeriense cuenta con muchas aptitudes que podrían ser interesantes para afrontar el duelo ante el Granada. Nadie en la plantilla albiazul cuenta con su pausa y capacidad, también veteranía, para dirigir las transiciones ofensivas. 

La única interrogante con Salva es su estado de forma, pues no ha sido titular en las dos últimas jornadas y, previamente, se ha mostrado bastante menos brillante de lo habitual. Habrá que comprobar si esto último se debe a que ha estado reservando fuerzas para dar el máximo en este decisivo final de temporada o si, por el contrario, no está a la altura de otros compañeros. Sea como fuere, es una de las opciones favoritas en dicha posición.

Salva Sevilla celebra, junto a Guridi, su gol frente al Racing en Mendizorroza. Alex Larretxi

La otra, más parecida al perfil de Guridi, es Toni Moya. Su anterior aparición en el once fue hace cinco partidos, cuando el Alavés superó al Tenerife en Mendizorroza. Desde entonces, el futbolista extremeño ha pasado a un segundo plano, jugando no más de media hora por encuentro, pero su estilo de juego podría ser igual de útil este viernes. Es más llegador, y potente físicamente, que el mencionado centrocampista almeriense. 

Sería una gran noticia, como es lógico, recuperar la mejor versión de Moya en estas últimas tres jornadas. Esa que, en concreto, pudo verse en los meses de enero y febrero, cuando, ante el Mirandés, Eibar, Real Zaragoza e Ibiza, fue uno de los grandes protagonistas del Alavés. En esos cuatro enfrentamientos, por ejemplo, marcó dos goles y repartió tres asistencias, más de lo que ha podido hacer en el resto de la presente campaña. 

Toni Moya controla un balón durante el último Alavés-Ibiza en Mendizorroza. Alex Larretxi

EN LA MEDIAPUNTA… 

Una vez solucionada esta disyuntiva, en la que sería extraño que se colase algún otro jugador, Luis García también deberá decidir si mantener o no su esquema habitual, aunque todo hace pensar que así será. Si bien es cierto que Rober, actuando en el puesto de diez, brilló sobremanera contra el Leganés, a quién le endosó dos goles, su actuación en el Ciutat de València no estuvo a la altura de las circunstancias, al igual que la del equipo. 

Con el emeritense en la mediapunta, eso sí, el Alavés ha demostrado ser bastante más peligroso en ataque. Él ha sido, sin ir más lejos, el único jugador capaz de romper con la estaticidad que lleva varias semanas perjudicando la labor ofensiva de la escuadra vitoriana. Además, su talento con el balón no es algo de lo que se pueda prescindir a la ligera, sobre todo, teniendo en cuenta el nivel de hombres como Rioja o Jason últimamente. 

La alternativa a Rober sería probar una vez más a jugar con dos delanteros. Un dibujo que ha podido verse en varias ocasiones, pero que, hasta el momento, no ha dado frutos al Glorioso. Y no porque Miguel de la Fuente, Asier Villalibre o Mamadou Sylla no hayan sabido entenderse, que también puede ser, sino debido a que ninguno de ellos ha ofrecido desde hace tiempo el rendimiento esperado, tanto juntos como solos.