El Deportivo Alavés desaprovechó ayer, frente el Andorra en Mendizorroza, una ocasión sin igual de cara a aumentar sus opciones en la lucha por el ascenso directo. Aún sabiendo que un triunfo les alzaba hasta la segunda plaza, los babazorros no fueron capaces de pasar del empate ante su gente y, por ende, siguen fuera de los puestos deseados, si bien es cierto que, tal y como explicó Luis García, sus opciones se mantienen intactas.
Lo decepcionante, de todas formas, no fue el resultado en sí, sino la manera en la que se produjo. Pese a que ya se sabía de antemano que los visitantes llevarían la batuta del partido, pues ese es su sello, la falta de ambición en ciertos momentos generó decepción entre los aficionados, quienes echaron en falta, sobre todo, un arreón final de los albiazules. Además, esto último hubiera sido lo lógico, ya que el premio por ganar no era pequeño.
Afortunadamente, la tendencia de los aspirantes al ascenso en las últimas jornadas está siendo de todo menos regular y eso es buena muestra, una vez más, de la extrema igualdad que existe en la categoría de plata. Algo sobre lo que se ha hablado mucho desde que arrancó la temporada, pero que no deja de ser sorprendente, porque solo faltan siete jornadas para el final del campeonato regular y aún no hay nada decidido en la zona alta.
Que el Eibar (65), ahora líder del campeonato, solo cuente con una ventaja de cuatro puntos sobre el Levante (61), quinto clasificado –y, salvo sorpresa, último postulante al ascenso directo–, está sentando precedente en la Segunda División. La razón es que, desde que se instauró el formato vigente de promoción, en la campaña 2010-11, nunca se ha visto a tantos candidatos, y con tan poca diferencia, peleando por las dos primeras plazas.
Los dos únicos ejercicios que se parecen un poco a lo que se está viviendo actualmente en la categoría de plata son el de 2015-16 y 2017-18, cuando la distancia entre el primer y quinto clasificado fue de siete puntos al término de la jornada 35. El primero de ellos, cabe recordar, acabó con éxito del Alavés de José Bordalás, aunque, en ese momento, era el Leganés quien estaba al frente de la tabla con 60 unidades, dos más que los albiazules.
De todas formas, comparar la diferencia del líder respecto a los distintos equipos en puestos de play off solo tiene sentido hoy en día, pues, en realidad, no es ni mucho menos habitual, al menos en Segunda, ver a tantas escuadras batallar por esas dos primeras plazas. Por ejemplo, tanto en el curso 2011-12 como en los 2016-17 y 2020-21, la cabeza sacaba, a estas alturas, más de 15 puntos a quien ocupaba la quinta posición.
Entre esos tres, el caso más llamativo es el del Levante (16-17), que acabó la temporada con 14 unidades de ventaja sobre el segundo, 16 por encima del tercero y a 21 del séptimo. Y también es digno de mención el ascenso del actual técnico babazorro, Luis García, con el Mallorca, muy lejos, junto al todopoderoso Espanyol de Vicente Moreno, del resto de conjuntos que terminaron en puestos de promoción.
A UN PUNTO DEL ASCENSO DIRECTO
Ahora bien, lo único importante es el presente y este no tiene por qué ser malo para el Alavés. Los gasteiztarras ocupan la cuarta posición, están a un solo punto del ascenso directo y dependen de sí mismos para terminar el curso en la Virgen Blanca. Tras visitar al Sporting y recibir al Leganés, iniciarán el Tourmalet de cinco partidos, todos ellos, a excepción del Málaga, ante rivales de la parte alta (Levante, Granada, Albacete y Las Palmas).