El Deportivo Alavés afrontó la visita del Andorra sabiendo que, como consecuencia de los resultados de sus rivales, una victoria le metía en puestos de ascenso directo, pero el exceso de información volvió a jugarle una mala pasada. Pese a que el guión de la contienda no sorprendió a nadie, los babazorros fueron incapaces de batir la meta del Andorra, firmaron las tablas (0-0) y desaprovecharon su oportunidad de dar un nuevo golpe en la mesa.

No hubo, cabe mencionar, novedades en el once de Luis García Plaza. Y esto, en realidad, fue noticia, pues, ya fuera por sanciones, jornadas internacionales o decisiones técnicas, el madrileño llevaba bastantes semanas sin repetir alineación. Así, dio confianza y continuidad a los encargados de asaltar el feudo del Huesca, donde la actuación, sin ser brillante, fue de las más serias del curso y sirvió para sumar tres puntos importantes.

La contienda, por su parte, arrancó y se mantuvo con la narrativa que todo el Paseo de Cervantes esperaba. El Andorra, fiel a su estilo tan característico, impuso desde el inicio su juego anestesiante, priorizando en todo momento mantener la posesión de balón, y no encontró oposición en este sentido. Sobre todo, debido a que la presión del Alavés fue muy selectiva, tal y como había adelantado Luis García en su comparecencia previa al choque.

Ahora bien, a pesar de esa superioridad de los visitantes, los primeros acercamientos peligrosos fueron de los locales. Los jugadores del Glorioso aguardaron pacientemente su momento y, siempre que lograron recuperar la pelota, trataron de salir en velocidad para sorprender a la zaga pirenaica. Algo que, por ejemplo, permitió a Jason probar al portero rival, Nico Ratti, por medio de una potente volea desde fuera del área.

Este último, además, fue el protagonista de la mejor ofensiva albiazul de toda la primera mitad, si bien fue anulada por fuera de juego tras ser revisada por el VAR. Superada la media hora de juego, Miguel de la Fuente recuperó el balón en campo rival y, sin pensárselo demasiado, envió un pase en profundidad al diez babazorro, quien no perdonó gracias a un potente y colocado remate raso. Una pena que no subiese al marcador. 

Jason, sin embargo, no fue el único futbolista del Alavés que levantó a Mendizorroza de sus asientos. Dando muestra de su gran momento de forma, Sivera apareció en dos ocasiones para evitar el gol del Andorra. Primero, en una acción de estrategia que finalizó Mármol de cabeza y, después, en una bonita triangulación que define solo en el área Valera. En ese momento, la afición volvió a comprobar que tenía un nuevo santo bajo los palos. 

Ya en el segundo tiempo, lo más reseñable al principio fue que, desde la reanudación, el Alavés jugó con una novedad entre sus filas, aunque también es digno de mención que consiguió reducir bastante la posesión de los pirenaicos. Abqar, con molestias, se quedó en el banquillo y, en su lugar, saltó al césped Javi López, cuya incorporación, a su vez, movió a Duarte al centro de la defensa, donde ya había actuado en distintas ocasiones con la zamarra albiazul.

El propio lateral canario dispuso de una buena ocasión que sacó Ratti en el palo corto, Miguel tuvo otra muy similar, y ambas fueron fruto del paso al frente que dieron los babazorros, capaces tanto de mantener a los atacantes del Andorra lejos de su portería como de combinar con más acierto en campo visitante. Solo faltaba el gol y, para buscarlo, Luis García dio entrada, inicialmente, a Sylla y, según avanzaba el choque, a Moya, Alkain y Benavídez.

En la recta final del choque, no obstante, a los gasteiztarras les faltó cierta ambición para buscar la victoria, y eso que el premio por ganar no era ni mucho menos nimio. Las ocasiones del Glorioso brillaron por su ausencia y, si alguien pudo romper las tablas, ese fue el conjunto tricolor, pues fue quien terminó atacando el área rival. Algo llamativo al estar disputándose el encuentro en el Paseo de Cervantes.