El Deportivo Alavés cierra el año natural de manera estrepitosa en su particular lucha por asentarse en lo más alto de la tabla en el campeonato doméstico. La última derrota ante el Málaga puso la guinda a un mes de diciembre fatídico para los intereses gasteiztarras, en el que el Glorioso ha caído en cuatro ocasiones sin mostrar un ápice de la solvencia y la entereza del primer tercio de competición. La visita al estadio de La Rosaleda, ante un anfitrión que olió la sangre de un Alavés mermado en lo anímico, supuso un nuevo tropiezo con la misma piedra que ha mermado las aspiraciones clasificatorias durante las últimas semanas.

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Las mejores imágenes del Málaga - Deportivo Alavés Área 11 / LaLiga

Luis García agitó el once en busca de nuevas alternativas en su planteamiento de juego. La derrota ante el Levante obligó al preparador albiazul a reajustar sus piezas en defensa y en la sala de máquinas. Sin embargo, las numerosas probaturas que el técnico madrileño ha realizado durante el mes de diciembre no han podido exprimir lo mejor de una plantilla que, quizá, no da para más. Y es que el Málaga, al igual que los últimos tres rivales que han propiciado el batacazo de diciembre, sacó los colores de una escuadra que se encuentra inmersa en su peor momento del curso y en una situación en la que pocas cosas se dan de cara.

Anoche el Glorioso quiso entrar con buen pie en la contienda para olvidar los últimos varapalos. Los de Luis García mostraron una versión más competitiva que días atrás ante el cuadro levantinista pero su deseo de olvidar las últimas derrotas se fue desvaneciendo con el paso de los minutos. Y es que los hombres de Luis García se quedaron sin ideas en el último tercio, donde protagonizaron ataques con más corazón que cabeza. La máxima igualdad entre ambas escuadras dominó el ritmo de la contienda y esto mismo se decantó con el acierto en ambas áreas, en las que el Alavés no tuvo su día. Una vez más. Tras el gol malaguista, que vino precedido por un mal marcaje de Tenaglia y otro despiste en el repliegue por parte de Javi López, el conjunto albiazul se puso por detrás en el marcador de forma sistemática. Y en ese preciso instante, tras el tanto de Chavarría, reaparecieron los fantasmas del pasado en la expedición alavesa.

SIN FRESCURA

Más allá de que las cuatro derrotas consecutivas trasladen una estadística preocupante para la parroquia albiazul, la realidad es que los argumentos futbolísticos sobre el tapete son más bien escasos. La sensación que traslada el Glorioso en las últimas semanas es que cualquier acercamiento rival es sinónimo de peligro. Dos de las últimas cuatro derrotas se han dado ante rivales teóricamente directos y ante la falta de fondo de armario, el técnico tuvo que echar mano de la cantera (Tenas) para una demarcación tan determinante como la punta de ataque.

El Alavés ha anotado cuatro goles y ha encajado el doble en este mes de diciembre. Este delicado momento de forma que atraviesa el conjunto babazorro en ambas áreas se traslada, asimismo, al estado anímico. Eso se evidencia, sin ir más lejos, en la frustración que muestran los hombres de Luis García cuando se encuentran con desventaja en el marcador. Anoche, para más inri, el Málaga tuvo más picardía para afrontar los últimos minutos de la contienda cuando el Glorioso pudo embotellar al rival pero no supo hacerlo debido a las numerosas interrupciones propiciadas por una gestión de los nervios más bien infantil. Con todo, el conjunto albiazul, que continúa en los puestos de play off pese a su mala dinámica de resultados, afronta este miércoles una eliminatoria copera en Mérida para tratar de levantar el ánimo.