Volver a jugar en Mendizorroza se presuponía como una gran oportunidad para dejar atrás los varapalos sufridos a domicilio frente al Granada y el Tenerife, pues en casa todo habían sido alegrías esta temporada. No obstante, lejos de dar signos de recuperación, el Deportivo Alavés ofreció de nuevo su imagen más floja y cayó con rotundidad (0-2), más por juego que por resultado, ante el Levante de Javi Calleja, quien se convirtió en el primer verdugo del Paseo de Cervantes, donde la escuadra albiazul no había perdido hasta ayer.

Acerca del once babazorro, lo cierto es que este fue en total consonancia con las últimas declaraciones del técnico madrileño. A Luis García no le gustó la anterior actuación de sus pupilos, incluso la calificó como la peor de todo el curso, y es por ello que, aprovechando el regreso de varios hombres clave, introdujo hasta siete novedades respecto al equipo que arrancó en el Heliodoro. Solo repitieron Sivera, Duarte, Sedlar y Rioja, a los que acompañaron Arroyo, Abqar, Laguardia, Salva Sevilla, Guridi, Abde y Miguel.

Las variaciones, sin embargo, no sirvieron para que el Alavés se sintiera cómodo en los primeros compases del partido, al contrario que el Levante. Tanto con como sin balón, los granotas dominaron el juego y poco a poco fueron empujando a los albiazules, erráticos en las combinaciones, hacia su área, con el peligro que esto supone. Así, en el minuto 17, un centro lateral de Pepelu sorprendió a la zaga gasteiztarra y Bouldini, muy liberado, cabeceó la pelota al fondo de la red, sin opción para Sivera (0-1). 

Tras el tanto levantinista, el Glorioso dio un paso al frente e intentó buscar con más insistencia la portería de Cárdenas. Por desgracia, la voluntad no siempre es suficiente y, si bien los babazorros mostraron cierta mejoría, no llegaron a hilvanar jugadas de peligro en ningún momento. Solo un testarazo alto de Abqar, en una acción a balón parado, y un remate raso de Arroyo, bastante desviado, pudieron contarse como acercamientos interesantes por parte de la escuadra vitoriana.

Ante esta situación, el Levante no tuvo que preocuparse demasiado en términos defensivos y se permitió seguir atacando, sobre todo gracias a su superioridad en el centro del campo. Primero avisó De Frutos, quien desaprovechó un mano a mano con Sivera, en el que intentó una vaselina; y luego materializó Son, más veloz y contundente que Rioja para atrapar un rechace de Laguardia, por medio de un potente remate al palo corto (0-2). Impotencia absoluta, poco más pudo sentir el Alavés durante la primera mitad.

Y esto último, en realidad, también se mantuvo en la segunda. Pese a que Luis García movió el banquillo muy pronto, con las incorporaciones de Javi López, Moya, Rober y Sylla, estas no le sirvieron al Glorioso para generar ocasiones. Dominó más, eso es cierto, pero sus posesiones en el campo granota fueron insustanciales, pues ninguna de las ofensivas tuvo la profundidad necesaria para exigir tanto a la retaguardia visitante como al portero Cárdenas, cuya actuación se limitó a la de ser un espectador más del Paseo de Cervantes.

Además, cabe mencionar que, si alguien pudo variar el electrónico en la segunda parte, ese fue el Levante. Con los babazorros centrados exclusivamente en atacar, el cuadro granota encontró facilidades para salir al contragolpe y pisaron el área local varias veces. La más clara la tuvo De Frutos, cuyo pase de la muerte se encontró con la aparición estelar de Sedlar, bastante más acertado cuando el técnico madrileño retrasó su posición y le colocó como central al lado del canterano Abqar.

INCIDENCIAS VARIAS

Aparte de la supremacía valenciana, también fueron protagonistas las distintas intervenciones que hubo durante el encuentro. En la primera mitad, tuvo que alargarse el tiempo reglamentario por asistencia médica a Cárdenas y Álex Muñoz, este último con una brecha importante en la boca como consecuencia de un golpe involuntario de Arroyo; y, en la segunda, se revisó -y desestimó- en el VAR un posible penalti de Salva Sevilla por mano y se marchó expulsado Sylla debido a un codazo a Vezo.