Luis García aterrizó en Mendizorroza hace dos meses para encabezar un ambicioso proyecto con la premisa de, además de impulsar al Glorioso hacia la gloria, recuperar valores como el sacrificio y la entrega en un mermado vestuario. Y desde su nombramiento como técnico del Alavés, si por algo se ha caracterizado la escuadra babazorra ha sido precisamente por el carácter competitivo demostrado en cada compromiso liguero. Y la actuación del cuadro gasteiztarra ayer en el Anxo Carro no fue una excepción. 

Pese al duro inicio que sufrieron los de Luis García mediante el juego aéreo de los gallegos, sus pupilos no se vinieron abajo tras el gol lucense y, además, se volcaron en ataque para asediar el área de Whalley con numerosas ocasiones claras de gol. Pero a esa garra que el Alavés mostró tras recibir el primer –y único– golpe se le añade la calidad y el temple de futbolistas como Salva Sevilla, Guridi y Abde, quienes comandaron el vendaval albiazul en el Anxo Carro. Sin embargo, pese a que la sensación de peligro por parte del Glorioso fuese evidente el primer gol tardó más de una hora de juego en llegar y fue precisamente tras los cambios de Luis García cuando se encontró la forma de romper de cuajo con el sólido entramado defensivo del Lugo.

LOS CAMBIOS DAN SUS FRUTOS

Apenas cinco minutos después de la sorprendente apuesta de sustituir a Abde, diferencial en los últimos metros gracias a su desborde, Alkain y De la Fuente por Rioja, Taichi Hara y Rober fue cuando el Alavés batió al guardameta rival. Un premio al inconmensurable esfuerzo y, también, a la lectura de juego del técnico babazorro, que detectó que al Lugo se le podía hacer daño a través de la altura del ariete japonés. Y es que las soluciones que encontró Luis García fueron las adecuadas ya que sin prácticamente modificar el dibujo la perseverancia tuvo premio. El poderío aéreo de Hara fue clave para martillar el compacto entramado defensivo del cuadro rojiblanco. 

Y así lo reconoció el propio entrenador babazorro en la rueda de prensa posterior al triunfo, que además de explicar el motivo de las sustituciones, ensalzó la fortaleza anímica de sus pupilos. “Los cambios los haces por buscar acierto y lo han tenido. Tácticamente no he cambiado nada porque lo veía perfecto. Hay que crear una identidad de equipo e ir a muerte, se ha visto desde el primer día en Leganés que los chavales se dejan la piel”, precisó Luis García. 

 Y es que remontar un partido en Segunda y más aún cuando el choque se disputa lejos de casa no es una tarea sencilla. En la visita a Can Misses el partido se puso cuesta arriba al comenzar con una derrota y se pudo rescatar un meritorio empate en el que el equipo no llegó a sentirse cómodo. Y en esta ocasión el Glorioso le dio la vuelta al partido a base de carácter y, sobre todo, llevando a cabo una idea clara y definida sobre el tapete lucense. 

Una reacción que demuestra primero la fortaleza colectiva de un Alavés que prolonga su racha como imbatido pese empezar dos partidos por debajo en el marcador y, también, la buena lectura del juego que posee Luis García, el experimentado técnico que le ha brindado un aire renovado al vestuario de Mendizorroza, que ha logrado su mejor arranque en Segunda de sus más de 100 años de historia.