La primera piedra de la reconstrucción que va a sufrir el Deportivo Alavés para afrontar su regreso a Primera División tiene nombre propio y no es otro que el de Luis García Plaza. El técnico madrileño ha aterrizado en Vitoria-Gasteiz muy ilusionado y feliz -sentimiento que ha transmitido su sonrisa de oreja a oreja-, pero, al mismo tiempo, consciente de la dificultad del reto que tiene por delante y, por ello, dispuesto a ser un arquitecto muy exigente tanto con él mismo como con quienes le van a rodear en el día a día.

"Estoy muy feliz de pertenecer a la familia del Alavés y, si fuera por mí, me pondría a entrenar hoy mismo. Sinceramente, en cuanto Sergio Fernández me llamó y me contó un poco sobre cómo iba a ir el proyecto, tuve muy claro que quería venir aquí. Ahora nos toca trabajar mucho y poner todo de nuestra parte para recuperar la ilusión y poder así sentirnos orgullosos del equipo", ha expresado el nuevo entrenador del Glorioso durante su rueda de prensa de presentación en Mendizorroza.

Las prisas, eso sí, no van a ser buenas compañeras en este arduo y largo viaje. Pese a que el objetivo sea, indudablemente, luchar por volver a la máxima categoría, Luis García ha apostado por mantener la cautela e ir paso a paso, “construyendo la casa desde los cimientos”, y con buena letra. “Debemos mantener los pies en la tierra, porque la exigencia va a ser brutal. Yo siempre lo he dicho, me parece más fácil mantenerse en Primera que ascender en Segunda”, ha apuntado.

Ahora bien, no va afrontar él solo dicha travesía. Además de los empleados que ya forman parte del club albiazul, el madrileño ha llegado a Mendizorroza de la mano de Pedro Rostoll, segundo entrenador; Raúl Gallego, analista; y Félix Vicente, preparador físico. Un cuerpo técnico muy experimentado en el fútbol español y con el que tratará de devolver al Alavés esos valores que, según Alfonso Fernández de Trocóniz y Sergio Fernández -presentes en la sala-, se han perdido en los últimos años.

Asimismo, Luis García también ha detallado lo que espera encontrar, en concreto, cuando se presente en el vestuario una vez finalizada la pretemporada: “Quiero una plantilla competitiva, que salga al cien por cien en cada partido y que no se crea más de lo que es, lo cual sería un gran error. Voy a hablar con todos los jugadores con contrato, les explicaré lo que pienso y, cuando me miren a los ojos, quiero sentir sus ganas de seguir con nosotros y su ambición por formar parte de este proyecto”.

Respecto al estilo de juego que tiene en mente, el exbermellón ha admitido que buscará un Alavés que “juegue mucho en campo contrario”, pero también ha dejado muy claro que no tiene ningún reparo, más bien todo lo contrario, en adaptarse a sus futbolistas. “Camaleónico”, se ha definido en este sentido. “Voy a intentar que el equipo lleve el peso de los partidos y, al mismo tiempo, sepa dominar otros registros. Hay muchas formas de atacar el área rival y la nuestra dependerá de lo que tengamos en la plantilla”, ha concluido.