La parroquia albiazul por fin pudo celebrar un triunfo de su equipo, presidido eso sí por la tensión de los últimos minutos con un alargue excesivo del árbitro. Sin embargo, el Alavés puso finalmente un punto y aparte a su sequía de más de tres meses sin conocer el dulce sabor de la victoria.
Por si fuera poco, este es el primer triunfo de Mendilibar como técnico del Glorioso. No cabe duda de que son más que tres puntos para los intereses babazorros en la pelea por la salvación. Y todo ello pese a que durante el duelo los jugadores del Alavés pudieron sentir cierta inquietud y nerviosismo tras el empate valenciano.
Pero, por fortuna, no fue así. El empate de Guedes reforzó todavía más a un equipo llevado en volandas por su fiel afición. No era un partido más para el Glorioso, y así lo demostraron los albiazules sobre el tapete de Mendizorroza. El Alavés ganó en todo. En intensidad, balones divididos y, sobre todo, en inteligencia. Lo más importante sin duda para superar a los siempre exigentes equipos de Bordalás. Son tres puntos que dan vida a un Alavés que llegaba a la 24ª jornada en una situación de extrema complejidad. En penúltima posición y con tan solo 17 puntos, era el momento de obtener una victoria cuanto antes. Y los de Mendilibar no fallaron pese a la adversidad.
El Alavés continúa en los puestos de descenso, pero es innegable que la victoria ante el Valencia es balsámica para afrontar los próximos compromisos con una actitud positiva. Desde la fortaleza mental y la solidez grupal exhibidas ante el cuadro ché, aún se puede creer en la salvación.