Situado en los puestos de descenso y aún sin conocer el dulce sabor de la victoria en el 2022, el Glorioso tiene ante el Valencia de Bordalás la oportunidad de engancharse al tren de la salvación. Será en Mendizorroza y ante una afición necesitada de estímulos por parte del equipo, ya que desde el pasado 6 de noviembre no se ha celebrado ningún triunfo local en el feudo babazorro.
Un partido crucial, pese a que aún falten 15 duelos para concluir la temporada. Y es que si se continúa con el promedio de puntos actual, el conjunto albiazul alcanzaría tan solo 28 al cierre de la temporada, muy por debajo de los 39 que sumó el curso 2005-06, en el que terminó descendiendo. La reacción del cuadro gasteiztarra ha de llegar cuanto antes. No obstante, es cierto que la tarea que los pupilos de Mendilibar han de acometer ante un equipo de autor no será para nada sencilla.
Es evidente que el Alavés se encuentra en un momento de extrema complejidad. Y basta con ver los números de los últimos meses. En los últimos 10 choques el Glorioso tan solo ha podido rescatar tres empates. Es de tal magnitud la mala dinámica del conjunto vitoriano que la distancia respecto a la permanencia es de seis puntos. Ganar es la única solución.
Respecto a las bajas del Alavés, si bien es cierto que Loum regresó a Ibaia hace escasos días tras ganar la Copa de África, Mendilibar no podrá contar con Manu Vallejo debido a la cláusula del miedo por parte del conjunto ché. Una baja sensible, ya que afecta directamente a la zona ofensiva, que es la que ha de dar un paso al frente para poder ver portería con mayor frecuencia.
Aun y todo, enfrente del Glorioso estará el cuadro de Bordalás. Un equipo ultracompetitivo y en el que el técnico alicantino ha explotado al máximo los escasos recursos de los que dispone. No en vano, el duelo del pasado jueves ante el Athletic Club puede pasar factura al cuadro ché, ya que Gayá, uno de los futbolistas más destacados del Valencia, arrastra una fatiga muscular que le hace ser duda para el duelo en Vitoria. Con todo, Guillamón parece estar recuperado para la causa.
No en vano, las filas del cuadro valencianista se han reforzado con nuevas caras en el mercado invernal. Si bien Bordalás tuvo que aceptar la salida del danés Wass -pieza clave en el esquema ché-, el desparpajo de Bryan Gil y la pujanza de Moriba han generado unas expectativas ilusionantes en Valencia. Sin embargo, pese a que el cuadro valencianista esté viviendo semanas entusiasmantes a raíz de la Copa, en la competición de la regularidad el conjunto de Bordalás no conoce la victoria en 2022. En los cuatro partidos ha empatado ante la Real y el Sevilla y ha caído frente el Madrid y el Atlético; cuatro rivales, en su defensa, de la mayor exigencia.
Carácter y personalidad. Esas son las palabras que mejor describen al técnico alicantino. Un entrenador competitivo y que obtiene el mayor rendimiento por parte de los jugadores. Así lo demostró en el Alavés con aquel ascenso a Primera y lo volvió a conseguir a lo grande con el Getafe. Una hazaña histórica. Se hizo cargo del conjunto azulón cuando este transitaba en Segunda y acabó llevándolo a Europa League tres años después. Quizá en el Valencia le ha llegado la oportunidad de hacerse un nombre en un equipo grande, pero lo innegable es que en Vitoria se llevó el reconocimiento por parte de una afición que le recuerda como el héroe del regreso a la élite. Ahora, técnico y afición volverán a verse las caras en un momento de necesidad para un Alavés al que le urge regresar a la senda de la victoria.