A lo largo de los últimos años, el Deportivo Alavés ha pasado por situaciones complicadas e, incluso, más al límite en cuanto a margen de reacción que la actual. Sin embargo, lo que preocupa a la afición babazorra no es lo que muestra la tabla, sino la imagen que su equipo ha ofrecido hasta ahora en la gran mayoría de los partidos que ha disputado esta temporada. Algo que, si no se soluciona pronto, hará que el conjunto vitoriano entre en un bucle donde la diferencia con los puestos de permanencia o las jornadas restantes dejarán de ser importantes.

Ahora bien, pese a que la clasificación de LaLiga no deba ser protagonista mientras existan problemas más graves, lo cierto es que esta muestra una realidad ante la que cualquiera preferiría cerrar los ojos. Y es que, tras la derrota de ayer frente al Elche en el Martínez Valero, el Glorioso se ha colocado a seis puntos de la salvación o, lo que es lo mismo, a la mayor distancia del objetivo desde que regresó a la máxima categoría.

Porque, aunque aparente ser un dato sorprendente, la única vez que el Alavés estuvo tan lejos como en la actualidad de la 17ª posición fue en la campaña 2017-18, cuando, también a seis puntos -en el mes de noviembre, eso sí-, la entidad del Paseo de Cervantes prescindió de Gianni De Biasi y fichó al Pitu Abelardo, quien, después de una remontada épica contra el Girona en Montilivi, sacó a la escuadra gasteiztarra del descenso sin demasiados apuros.

Desde entonces, los albiazules han coqueteado con la zona roja en varias ocasiones, pero, hasta ahora, nunca se habían dejado llevar tanto como en aquella temporada, ya que ni las peores rachas de Asier Garitano, Machín, el propio Abelardo e, incluso, Calleja provocaron que los vitorianos estuvieran tan inmersos en la parte baja de la tabla -y eso que todos ellos pasaron por dinámicas para olvidar-.

Además, cabe recordar que los seis puntos que separan al Alavés de la permanencia son virtuales, puesto que el Mallorca, que limita el derecho a seguir un curso más en Primera División, ha disputado un partido menos que todos sus perseguidores. Una circunstancia que, por cierto, se resolverá el próximo 2 de marzo con la visita de la Real Sociedad a Son Moix.

Mientras tanto, Mendilibar y sus pupilos piensan ya en el choque ante el Valencia de Bordalás del próximo domingo (14.00 horas) en Mendizorroza. Después, los babazorros tendrán que viajar al Santiago Bernabéu para tratar de sorprender al Real Madrid y, para terminar el mes de febrero, jugarán frente al enrachado Getafe de Quique Sánchez Flores en el Coliseum Alfonso Pérez.