Corría el minuto 53 y José Luis Mendilibar, que ya había sorprendido al alavesismo con una alineación inesperada, tomó una decisión controvertida que supuso el principio del fin para el Alavés en el Martínez Valero y dará que hablar en los próximos días. El técnico de Zaldibar retiró a Joselu del campo ilicitano con 1-1 en el marcador para dar entrada a Manu Vallejo, que de esta manera hacía su debut con la elástica albiazul y a la postre pasó desapercibido tras casi no tocar ningún balón.

La lógica apuntaba a que el sustituido sería De la Fuente pero Mendilibar retiró al jugador franquicia del Alavés que para más inri venía de anotar su undécimo gol de la presente temporada tras un perfecto servicio de Rioja desde la banda izquierda -de los 17 que ha marcado el conjunto de Mendizorroza- y partido tras partido es la solitaria amenaza del equipo para las defensas rivales.

Casualidades o no, fue irse Joselu del recinto de juego levantino y el Alavés, desbordado en la segunda mitad por el vértigo y el ritmo centelleante imprimido por el Elche, terminar de desplomarse en otro paso atrás en la pelea por la permanencia.

Al punta gallego, que había recibido un fuerte golpe en el ojo en los primeros minutos por parte de Bigas pero estaba en perfecto estado físico, no le sentó nada nada bien el cambio. De hecho, se le vio muy contrariado en el banquillo, donde se quitó las medias como desaprobación a la medida tomada por su entrenador.

En definitiva, más leña al fuego para la difícil situación de un Alavés que acumula tres meses sin obtener la victoria y no vislumbra la luz al final del túnel en la pelea por la salvación.

Morga, el ayudante de Mendilibar, justificó que, al estar el equipo muy lejos del área rival debido al dominio ejercido por el Elche, necesitaba futbolistas más veloces que Joselu. Algo muy difícil de entender visto el desenlace final y la jerarquía del gallego en este Alavés.