Uno de los mercados de invierno más intensos de los últimos años ha echado el cierre esta madrugada. En concreto, el Deportivo Alavés ha despedido el mes de enero con un total de cuatro refuerzos -Jason Remeseiro, Gonzalo Escalante, Nahuel Tenaglia y Manu Vallejo- y, además, las salidas de Tachi al Fuenlabrada, Iván Martín al Girona y Mamadou Sylla al Rayo Vallecano, las cuales, en cierta manera, han permitido más margen de maniobra a Sergio Fernández.
Sin embargo, pese a que a lo largo de esta última ventana se haya dado un paso notable al frente en la tarea de aligerar la plantilla, lo cierto es que no se han cumplido todas las expectativas de la dirección deportiva y la propia afición babazorra, quien, a raíz de los rumores provenientes de tierras escandinavas, se había ilusionado con la posible marcha de John Guidetti. Un movimiento que, finalmente, ha vuelto a ser imposible y que, en consecuencia, ha confirmado al ariete sueco como la peor apuesta futbolística y económica de la entidad del Paseo de Cervantes en su historia más reciente.
Echando la vista al pasado, Guidetti vistió por primera vez la zamarra albiazul en la temporada 2017-18, cuando llegó a Vitoria-Gasteiz cedido por el Celta. Aquel curso, el atacante de Estocolmo formó pareja ofensiva con Munir y sus actuaciones, sin ser deslumbrantes, fueron muy positivas. Tanto que, en apenas unos meses, Mendizorroza agradeció su esfuerzo e, incluso, entonó y bailó su pegadiza canción, cuyo momento de mayor apogeo fue en la victoria (3-1) frente al Athletic del 12 de mayo de 2018.
Entonces, a raíz de ese buen rendimiento -clave para lograr la permanencia en la máxima categoría-, el Alavés decidió hacer un esfuerzo y, ese mismo verano, abonó al club celeste la opción de compra por el delantero, que vio con buenos ojos seguir en la capital vasca tras seis meses favorables como babazorro. Por desgracia, una vez el sueco se convirtió en propiedad del Glorioso, su papel dentro del equipo fue evolucionando hacia la completa intrascendencia.
En la campaña 2018-19, con Abelardo aún en el banquillo, Guidetti pasó a ser el cuarto nueve por detrás de Calleri, Bastón y Sobrino, lo que apenas le permitió disputar 619 minutos, marcar dos goles y repartir una asistencia en liga; y, a partir de ese momento, todo fue cuesta abajo y sin frenos. Primero, bajo las órdenes de Asier Garitano (2019-20), apareció en muy mala forma física en pretemporada y, por ende, no tuvo prácticamente ocasión de saltar al césped durante la primera vuelta -disputó un total 93 minutos-.
Después, en el mes de enero, se marchó cedido al Hannover 96 de la 2. Bundesliga y, aunque no rindió nada mal, los alemanes no realizaron una oferta para hacerse con sus servicios, por lo que tuvo que regresar al Alavés y formar parte de la plantilla de Pablo Machín (2020-21), a quien tampoco convenció. Tras el técnico soriano, regresó Abelardo a Mendizorroza y, de nuevo, el atacante sueco continuó quedándose en la caseta o en la grada hasta que, de repente, todo pareció dar un giro de 180 grados con la llegada de Javi Calleja.
Al contrario que todos los anteriores, el entrenador madrileño decidió dar una oportunidad a Guidetti y este, como agradecimiento, defendió su trabajo ante la prensa siempre que pudo. No obstante, lo que pareció un nuevo inicio para el delantero holmiense terminó siendo un triste espejismo, pues, una vez se consumó la permanencia, el alcalaíno también optó por olvidarse de él (2021-22) y prefirió a dos recién llegados como Miguel De la Fuente o Sylla. Algo que, como era de esperar, no ha cambiado con José Luis Mendilibar.
Desde que el preparador de Zaldibar asumió el cargo, el sueco ha sido, junto a Saúl García, el único jugador de campo que aún no ha podido pisar el césped. Una situación, sin duda, incómoda y que no hay indicios de que vaya a cambiar. Sobre todo, después de la incorporación de Manu Vallejo, quien, en principio, está llamado a ser el acompañante de Joselu en el once titular.
Por tanto, si nada extraño sucede próximamente, lo normal sería que, cuando finalice su contrato el 30 de junio, John Guidetti abandone el Deportivo Alavés dejando tras de sí seis meses de buen fútbol y esfuerzo, pero tres temporadas y media de irrelevancia deportiva y lastre económico. No por la apuesta que se realizó en su día -porque el que no arriesga, no gana-, pero sí por no haberle conseguido encontrar una salida en cualquiera de las ventanas que ha vivido el Glorioso durante los últimos cuatro ejercicios.