Si de algo debe ser consciente un futbolista, es de que el deporte que practica es impredecible y muy variable. Esta realidad afecta, sobre todo, a todos esos jugadores que, por circunstancias de distinta índole, se ven obligados a pasar más tiempo en el banquillo que sobre el césped, pues, de la noche a la mañana, les puede aparecer una oportunidad para lograr lo que se antojaba una quimera. Algo que, naturalmente, conocen muy de cerca varios integrantes del Deportivo Alavés como, por ejemplo, Matt Miazga.
El central norteamericano llegó cedido al conjunto babazorro el pasado mes de agosto y, dada su experiencia en varias ligas europeas y la reputación de su club de procedencia -el Chelsea-, todo hacía pensar que sería una pieza fundamental para Javi Calleja. Y así fue, de hecho; ya que, entre la tercera y la décima jornada, fue titular en seis ocasiones junto a un extraordinario Víctor Laguardia que comenzaba a recordar a su versión de épocas más boyantes.
No obstante, cuando regresó Florian Lejeune de su lesión, el técnico madrileño prefirió al francés como pareja del maño antes que a Miazga y este, de forma inesperada, vio cómo su protagonismo se desvanecía en el horizonte. Encima, no de forma provisional, puesto que, desde su última presencia en el once -el 23 de octubre en la visita al Nuevo Mirandilla- hasta su regreso al mismo el pasado domingo contra el Athletic, apenas disputó 17 minutos (vs Sevilla) en los diez partidos que disputó el Alavés en la competición doméstica.
Matt Miazga vs Athletic Club 1/9/22 from DTID Records on Vimeo.
A pesar de ello -y de haberse ausentado durante tres encuentros debido al covid-19-, el espigado estadounidense no tiró la toalla en ningún momento y, después del fichaje de José Luis Mendilibar, aguardó pacientemente la oportunidad para demostrar su valía. Y esta, como se ha adelantado, llegó en el último derbi, cuando, sobre el césped de Mendizorroza, el defensor rubricó su mejor actuación de toda la temporada ante, además, uno de los rivales más exigentes que en ese momento podían visitar el feudo albiazul.
Al contrario que frente a la Real Sociedad, el Glorioso y, en gran parte, fue gracias a que Lejeune y, sobre todo, Miazga supieron cómo desactivar a los atacantes más veloces del cuadro rojiblanco. Para ello, ambos fueron conscientes de la importancia de anticiparse a los desplazamientos en largo de los visitantes y, asimismo, estuvieron muy expeditivos a la hora de tapar las acciones cercanas a la portería de Fernando Pacheco, que logró permanecer imbatido tras varios meses recibiendo gol en cada choque.
Nueva oportunidaD
Por fortuna para el central de Nueva Jersey, su gran intervención no se va a quedar en una mera anécdota y, salvo giro inesperado, podrá volver a sorprender a Mendilibar en el duelo contra el Real Betis. Esto último, como consecuencia de la tarjeta amarilla que vio ante los zurigorris Lejeune, quien deberá estar una jornada sancionado por haber cumplido el ciclo de cinco amonestaciones.
A sabiendas de todo lo anterior, la principal cuestión ahora es si, cuando Laguardia y Lejeune estén disponibles, el técnico de Zaldibar optará por dar continuidad a Miazga o si, por el contrario, preferirá seguir confiando en las dos vacas sagradas del núcleo de la zaga a pesar de que han sido muy poco eficaces en las últimas semanas. Lo que, eso sí, está muy claro es que, al nivel del pasado domingo, el nortemaricano tiene argumentos de sobra para contestar la actual hegemonía del maño y del francés, que han disputado 1.614 y 1.170 minutos en liga, respectivamente, por solo 651 del primero.
651
El central norteamericano arrancó su andadura en el 'Glorioso' como titular, pero, como consecuencia del buen nivel de Laguardia y el regreso de Lejeune, perdió todo su protagonismo en la undécima jornada.