Han pasado dos semanas desde que José Luis Mendilibar tomó las riendas del Deportivo Alavés y, pese a la brevedad de este lapso de tiempo, el técnico de Zaldibar ya ha dejado claro cuáles serán las señas de identidad del conjunto gasteiztarra mientras él esté al mando.
Ahora bien, aunque el vizcaíno haya sido muy transparente desde el principio, todavía restan muchas cosas por descubrir en las próximas semanas como, por ejemplo, el propio hecho de conocer si su mano, que ha sido suficiente para firmar las tablas ante la Real Sociedad y el Athletic, será capaz de imponerse a la de los demás rivales por la permanencia.
Con el objetivo de lograr esto último, lo primero que ha hecho Mendilibar con sus cartas ha sido cortar la sangría de goles en contra que tanto ha castigado a los vitorianos a lo largo de la primera vuelta. Ante el cuadro rojiblanco, sin ir más lejos, el Glorioso volvió a dejar su portería a cero más de dos meses después y, además, lo consiguió con una línea defensiva más adelantada que la que utilizaba Calleja, pero, eso sí, con Lejeune y, sobre todo, Miazga muy atentos a la hora de anticiparse a las acciones ofensivas del rival.
No obstante, la mejoría de los centrales no es lo único que ha ayudado a reducir el peligro sobre la meta de Pacheco. En este sentido, la labor del centro del campo con su presión adelantada también ha tenido mucho que ver, ya que, hasta la llegada del zaldibartarra, ese trabajo recaía casi al completo en Mamadou Loum y ahora, en cambio, es una tarea en la que ayudan todos los componentes de la medular albiazul -incluso los que no tienen esta vocación-. Buena muestra de ello es que, durante el choque ante el Athletic del pasado domingo, Toni Moya y Manu García robaron el mismo número de balones (5).
Respecto al ataque, la intención del vizcaíno también es muy clara: dar prioridad a las bandas para que estas cuelguen el máximo número de balones al área. Algo que, en esencia, se ha visto en ambos derbis, pero que, sin embargo, todavía es más una intención que un hecho como tal.
Lo que está claro es que, para que esta vía tan directa dé sus frutos, va a ser muy importante que tanto los laterales como los extremos ofrezcan bastante más. En especial, aquellos que disponen de buen pie a la hora de poner centros como, por ejemplo, puede ser Jason, quien, a pesar de ser sustituido en la primera mitad, no dejó para nada mal sabor de boca en su debut -más aún, si se compara con el rendimiento que Facundo Pellistri, Edgar Méndez e Iván Martín han ofrecido durante la presente temporada-.
Ahora bien, son los datos, una vez más, los que evidencian esta intención de los albiazules, pues, mientras que frente al Villarreal, en el último partido de Calleja, el número de centros ejecutados fue de 16, contra el Athletic este llegó a los 30 -teniendo el balón parado en cuenta en ambos casos-. Aunque, eso sí, cabe mencionar que la precisión no fue la esperada y que, por tanto, muchos de esos lanzamientos ni siquiera intimidaron a los defensores zurigorris.
La intensidad no se negocia
Por último, la principal diferencia entre el Alavés del técnico madrileño y el de Mendilibar se encuentra en la intensidad sobre el césped. Y es que, en apenas dos semanas, el preparador de Zaldibar ha convencido a sus pupilos para que ofrezcan todo de sí mismos en cada situación.
Un planteamiento que, lógicamente, ha hecho al conjunto gasteiztarra más competitivo durante buena parte de sus duelos, pero que, ante la falta de preparación y costumbre, ha provocado también que los jugadores afronten las rectas finales con bastante menos energía.
Sobre todo, los que ocupan el centro del campo, pues, en ambos derbis, el vizcaíno ha dejado claro que varias posiciones son, salvo por lesión o expulsión, prácticamente inalterables durante el transcurso de los encuentros.
A sabiendas de lo anterior, no sería para nada sorprendente que, una vez regrese Mamadou Loum de su travesía por la Copa África, el entrenador babazorro opte por colocar al senegalés junto a Gonzalo Escalante en el once titular, ya que, de esta manera, tal vez perdería cierta proyección ofensiva, pero, como consecuencia, ganaría músculo y resistencia prácticamente infinita en la medular.
De todas formas, antes de hacer cábalas sobre cómo evolucionarán las alineaciones de Mendilibar, lo mejor es esperar a ver cómo avanza el mercado de fichajes. Especialmente, si se tiene en consideración que la actual ventana es una de las que más trabajo está dando a la dirección deportiva del Paseo de Cervantes, que sigue buscando dar salida a varios de sus futbolistas para poder cerrar nuevos refuerzos. El siguiente, si nada se tuerce, debería ser Nahuel Tenaglia.
Varios futbolistas sin vocación defensiva han entendido que, para tener minutos, deben aportar en la recuperación de balones
Tras más de dos meses recibiendo gol en cada partido de liga, el ‘Glorioso’ consiguió dejar su portería a cero frente al Athletic