La era de José Luis Mendilibar en el banquillo del Deportivo Alavés no ha comenzado nada mal. A pesar de los diferentes obstáculos que han aparecido en el camino, el Deportivo Alavés ha dado la cara frente a la Real Sociedad en Mendizorroza y ha sumado un importante punto gracias a un gol de Joselu de penalti que ha servido para igualar el tanto inicial de Januzaj.

Para su estreno, el vizcaíno ha optado por un once muy similar al empleado por su predecesor, pero, eso sí, con algún toque personal. La principal novedad ha sido la vuelta a una formación con dos delanteros, Joselu y De la Fuente, a los que han acompañado Iván Martín y Rioja en las bandas; Loum y Toni Moya en el centro del campo; Martín y Duarte en los laterales; Laguardia y Lejeune en el núcleo de la zaga; y el canterano Owono en la portería, quien ha debutado ante los positivos por covid-19 de Pacheco y Sivera.

Ahora bien, aunque las similitudes en la alineación hayan sido más numerosas que las diferencias, la forma en la que ha actuado cada pieza ha sido muy distinta. Desde el pitido inicial, el Alavés ha ejercido una incómoda presión sobre los jugadores txuri-urdines y, gracias a ello, ha podido llevar el dominio de los primeros minutos. Sin embargo, esa superioridad vitoriana no ha estado acompañada de ocasiones y, en su primer acercamiento, los visitantes, personificados en David Silva, han aprovechado un error de la zaga local para filtrar un balón a la espalda que le ha permitido a Portu ofrecer el 0-1 en bandeja a Januzaj.

Una vez por debajo en el marcador, el Glorioso ha pasado por varios minutos de confusión, pero, al contrario que en otras ocasiones, ha conseguido levantarse y tomar de nuevo la batuta del derbi. Esta vez, además, los babazorros sí que han enfocado su mira sobre la portería de Remiro y, a través de jugadas a balón parado y multitud de centros, han puesto en apuros a la defensa donostiarra. Una vocación ofensiva que, eso sí, ha permitido a los guipuzcoanos disfrutar de dos mano a mano, ambos para Isak, con los que podrían haber ampliado su distancia en el marcador si Owono y el palo no hubieran intervenido.

Respecto a lo anterior, las mejores oportunidades de los albiazules en la primera mitad han estado en las botas de Rioja, Duarte y Joselu. El primero, sobre el minuto 20, ha rematado fuera de volea tras recoger un rebote en la salida de un córner; luego, el lateral almeriense, en una profunda internada, ha enviado un balón raso al área pequeña que nadie ha podido empujar a la red; y el nueve, por su parte, ha obligado al guardameta de la Real a emplearse a fondo debido a un potente disparo desde la frontal. No obstante, aunque estas han sido prometedoras, la mejor la ha tenido Laguardia, quien, en boca de gol, no ha acertado a cabecear un centro al segundo palo de Moya.

Ya en los segundos cuarenta y cinco minutos, la escuadra gasteiztarra ha encontrado el merecido premio a su esfuerzo en el lance más absurdo del encuentro. Sin ninguna necesidad, Zubeldia ha abrazado, dentro del área, el cuello de Miguel y Del Cerro Grande no ha dudado en señalar una pena máxima que Joselu, en el minuto 57, ha utilizado para engañar a Remiro y colocar el 1-1 en el electrónico de Mendizorroza.

A partir de ese momento, el guión del choque ha cambiado por completo y las interrupciones, que apenas habían aparecido hasta entonces, se han hecho protagonistas. En este sentido, ni siquiera los cambios de ambos entrenadores han logrado agitar un encuentro que, seguramente, ninguno de los dos hubiera firmado empatar al principio, pero que, sin embargo, ha repartido justamente los puntos.

Más allá del resultado, lo realmente positivo fue la imagen que ofreció el Alavés en líneas generales. Los de Mendilibar no se rindieron en ningún momento, mantuvieron su presión alta y crearon peligro frente a una Real Sociedad que, a pesar de estar en mala racha, continúa siendo uno de los rivales más potentes de la competición. Paso a paso.

LA NOTA AL ENTRENADOR: 2

Mendilibar Aunque todavía queda mucho trabajo por delante, el primer Alavés de Mendilibar dio la sensación de llevar varias semanas más entrenando. En apenas unos días, el técnico vizcaíno ha sabido inculcar su idea a la plantilla y, sobre todo, ha hecho que cada futbolista crea en ella. Ahora, el 'Glorioso' presiona alto, juega el mayor tiempo posible en campo contrario y genera muchas acciones sobre el área rival. Curioso fue, eso sí, que solo hiciera dos cambios.