Superados de principio a fin. Es cierto que el Estadio de la Cerámica no es una plaza sencilla en la que torear, y tampoco en la que poder obtener un botín valioso para llegar a las vacaciones en un momento anímico más favorable. Sin embargo, el Villarreal fue una auténtica apisonadora, como lo fue también el Rayo Vallecano hace apenas cinco días.

Javi Calleja confeccionó una alineación en la que se intentó aportar músculo en la medular para frenar la creatividad de Parejo y Trigueros. Sylla acompañó en la punta de ataque a Joselu, Javi López afrontó la dura tarea de frenar el desparpajo del desequilibrante Samu Chukwueze y Tomás Pina entró por primera vez en una titularidad desde el 26 de octubre.

Quizá, esa misma falta de rodaje fue uno de los argumentos por los que el submarino amarillo exhibió tal superioridad con balón. Pero el Alavés línea a línea estuvo a merced del rival, y en apenas un intervalo de diez minutos el conjunto local anotó los dos primeros de la noche.

No obstante, algo que no se le puede echar en cara al conjunto babazorro es el hecho de que con un resultado tan desfavorable no tiraron por tierra el partido. Poco antes del final de la primera mitad Pere Pons marcó el 1-2 tras una jugada de fe por el carril izquierdo.

Pasada la hora de juego, en el minuto 65, Joselu aprovechó un clamoroso error del rival para empatar momentáneamente el partido. Parecía que la suerte, por fin, estaría de cara para el Glorioso, pero no fue más que un espejismo.

MALA DINÁMICA

Y es que poco dura la alegría en casa del pobre. El fondo de armario del Villarreal, algo tan añorado en tierras vitorianas, fue el máximo detonante de que el duelo concluyese en goleada. Pino, Alberto Moreno y Pedraza volatilizaron cualquier posibilidad de que el Alavés se llevase un valioso empate desde tierras levantinas.

De hecho, los cambios del conjunto groguet más las actuaciones de Gerard Moreno y Dia sacaron los colores de un equipo inmerso en una crisis que se ha de cortar cuanto antes.

No en vano, la racha en la que se encuentra el Alavés -la peor en lo que va de temporada- está directamente reflejada en las estadísticas. El Gloriosoy, lo que es más preocupante aún, desde que se reanudó la competición tras el parón de selecciones de noviembre, el conjunto albiazul no ha ganado ningún partido liguero. La única victoria en estos meses fue ante el Unami, de la Preferente leonesa.

Sin embargo, el fútbol es una disciplina que acostumbra a dar volantazos de 180º, y aquel equipo que se encuentra en la cresta de la ola más tarde puede verse ahogado. Y es que el mismo equipo que se engrandeció ante el Barça y Sevilla ahora navega por un mar de dudas, en el que las sensaciones no son, para nada, las que se ofrecieron durante el mes de octubre e incluso a principios de noviembre.

De hecho, cuando un equipo está sumergido en una dinámica negativa pocas cosas salen de cara, y esto mismo es lo que le está sucediendo a un Alavés que lo intenta, pero que desafortunadamente no llega.

Por tanto, quizá no sea descabellado exigir un plus en materia de fichajes para ayudar en aquellas posiciones en las que más se sufre. Y es más, Javi Calleja, quien obró el milagro de la permanencia en la pasada campaña, aseguró en la rueda de prensa posterior al partido que veía necesario reforzar al equipo de cara al mercado invernal.

Desde el parón de selecciones de noviembre, el conjunto del Paseo de Cervantes no ha ganado ningún partido liguero