05/octubre/1930
uestro relato de hoy comienza realmente el 13 de octubre de 1929. El Deportivo Alavés ya es un conjunto reconocido, tanto a nivel regional como nacional. En la fecha citada anteriormente, correspondiente a la campaña 1929-30, el conjunto albiazul recibe en Mendizorroza al histórico Arenas Club. Es la tercera jornada del Campeonato de Vizcaya de la Serie ‘A’ -antesala del Campeonato de España de 1930 para los tres primeros clasificados de la región- y los de Mendizorroza en una tarde plena de buen juego, remates, lucha, entrega y -sobre todo- goles, ‘destrozan’ a los rojinegros vizcaínos por un contundente 8-2. Manolo Olivares consigue un repóker de goles (5), acompañando al ‘Chipirón’ en la faceta goleadora Baltasar Albéniz (2) y Andrés Calero.
¡No crean que los areneros eran una ‘perita en dulce’! ¡Quia! Su trío defensivo -portero y dos defensas- estaba formado por Zarraonaindia, Llantada y Arrieta y entre los tres iban a sumar dieciocho temporadas jugando en Primera División. A los treinta y cinco minutos de partido Baltasar Albéniz -un futbolista de gran calidad técnica y visión de juego-, consigue el momentáneo 3-1 para los colores albiazules. Las crónicas de la época relataban el tanto marcado por el eibarrés: “consigue un gol de esos que rompen la red” y “sin pensarlo suelta un chupinazo de órdago a la grande”. Tras el partido la leyenda adquiere caracteres épicos y acaba dándose por hecho que ‘Poti’ -apelativo de Albéniz- ha roto la red.
Dos alaveses residentes en Bilbao -Juan Monje y Esteban Pérez de Arenaza- toman nota del rumor y en una de las reuniones que tienen en la llamada -entonces- Colonia (Casa) Alavesa en Vizcaya -entidad a la que pertenecen buen número de los alaveses que moran en la provincia vecina-, deciden organizar una suscripción popular para comprar unas redes nuevas para las porterías de Mendizorroza. ¡La colecta es un completo éxito!
El acto simbólico de la entrega se celebra el 5 de octubre de 1930 -las mallas ya están colocadas en sus respectivos aposentos-, antes del partido de la Serie ‘A’ que va a enfrentar al Deportivo Alavés y al Sestao Sport. El secretario del centro alavés, José Vela Bajo, y el tesorero de la misma entidad, Nicolás Arrieta Ugarte, a los que acompañan los ‘inventores’ de la idea, ofrecen el regalo al presidente albiazul Valentín de Berástegui. Dos niños entregan sendos ramos de flores, a los capitanes de ambos equipos. ¡Mendizorroza estalla en aplausos! ¡Aplausos que no dejarán de sonar toda la tarde!
El Deportivo Alavés, que dos meses más tarde debutará en Primera División -7 de diciembre-, es una máquina bien engrasada, en la que varios de sus elementos brillan con luz propia. Frente a los verdinegros Francisco Baonza ordena el siguiente once: Beristain; Ciriaco, Quincoces; ‘Chomin’ Rey, Antero, Urquiri; Calero, Albéniz, Olivares, Jauregui y Lecue. ¡Un equipazo! Ya son internacionales absolutos Ciriaco, Quincoces, Antero y Olivares y con el tiempo lo será Simón Lecue. ¡Lo dicho anteriormente, un equipazo!
Es la segunda jornada del campeonato vizcaíno y los albiazules -como quince días antes al Baracaldo (0-6)- golean sin piedad a los sestaotarras (7-0). ‘Chipirón’ Olivares -el máximo goleador histórico del Deportivo Alavés- tiene el honor de ‘estrenar’ las nuevas redes a los cinco minutos -de un perfecto ‘shot’ al ángulo- y de hacer el segundo gol -de penalti- dos minutos después. A partir de ese momento deja el resto de los goles a Jauregui (4) y Albéniz (1), este último protagonista involuntario de la agradable historia de hoy.
Tuvo una larga carrera como entrenador. Dirigió al Arenas, Deportivo Alavés, Celta, Espanyol, Real Madrid, Atlético de Tetuán, Osasuna, Athletic, Las Palmas, Real Sociedad, Indauchu y Tudelano. También fue entrenador de la selección de España.
Jugó una temporada en el Deportivo Alavés (1930-31), en la que actuó en 23 partidos oficiales y marcó 10 goles. Nacido en el barrio vizcaíno de Arkotxa (Zarátamo) en 1907, era conocido por sus compañeros como ‘Jabato’ y ‘Malito’.
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