La temporada del Valencia, tanto en lo deportivo como en lo institucional, está siendo muy desilusionante. Tras un verano convulso en el que la afición che se manifestó, sin éxito, en contra de su presidente Anil Murthy, la trayectoria del equipo, que ocupa la decimocuarta plaza y aún no ha logrado la permanencia matemática, no está ayudando a calmar las aguas -más bien todo lo contrario-.
Entre tanto embrollo, una de las pocas noticias positivas ha sido la reaparición de Gonçalo Guedes. El atacante luso llegó al Valencia en calidad de cedido por el Paris Saint Germain en el mercado estival de 2017 y, bajo las órdenes de Marcelino García Toral, se convirtió en uno de los futbolistas más desequilibrantes de LaLiga. Su sobresaliente rendimiento, además de llamar la atención de diferentes e importantes clubes europeos, ayudó a los che a lograr una plaza de Champions y, ante tal impacto sobre el césped, acabó convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del conjunto taronja, que pagó 40 millones más variables por el portugués.
Por desgracia para los intereses valencianistas, Guedes comenzó a concatenar diferentes lesiones y su nivel, salvó en efímeras apariciones, bajó sobremanera hasta caer en un largo letargo deportivo del que, pese a intentarlo de todas las formas posibles, ni Marcelino, ni Celades, ni Voro lograron sacarle en las siguientes dos temporadas.
En la presente campaña, Javi Gracia comenzó su andadura en el cuadro che ofreciéndole minutos, pero tras una pobre primera vuelta, que le supuso también ser descartado por su selección, el técnico navarro optó por relegarle al banquillo en diferentes ocasiones.
Sin embargo, el despertar de Guedes llegó a principios de marzo, cuando, frente al Villarreal, entró al terreno de juego en la recta final del partido y marcó el tanto de la victoria. Desde entonces, el atacante luso no solo ha salido de titular en seis partidos consecutivos -algo inédito con Gracia-, sino que, además, ha sido de lo poco destacado del equipo con un balance de dos goles y cuatro asistencias en las últimas siete jornadas.
Como bien sabe el Deportivo Alavés y su entrenador Javi Calleja, el fútbol es, en gran parte, un deporte de dinámicas y al igual que el Glorioso viaja a Valencia en su momento óptimo de la temporada, también se encontrará allí con el Guedes en mejor forma de los últimos años. Por lo tanto, si los albiazules quieren dar otro importante paso hacia la permanencia, tendrán que tener muy vigilado al portugués, que, actuando como segundo punta, ha vuelto a ser protagonista en la faceta ofensiva valencianista.