Lo que todo el alavesismo temía es ya una realidad. La victoria de Osasuna hoy por 3-1 contra el Granada devuelve al Deportivo Alavés a los puestos de descenso, algo que podía haber ocurrido antes, pero que los malos resultados de los rivales directos habían pospuesto. Tras sumar solo 4 puntos de los últimos 24 que se han disputado en liga, el conjunto babazorro pasa a ocupar la 18ª plaza de la clasificación, a un punto de la permanencia, que marca el propio Osasuna. Aún no es una situación crítica, ya que quedan todavía 18 partidos por delante, pero verse en las posiciones de descenso no es plato de buen gusto para nadie.

La racha que actualmente arrastra el Deportivo Alavés está siendo una losa enorme para el conjunto babazorro, y su posición en la tabla podría ser mucho peor si el Elche, que todavía tiene las dos primeras jornadas de la temporada pendientes, hubiera disputado los mismos compromisos que el conjunto babazorro. En la duodécima jornada, cuando el Glorioso obtuvo un meritorio empate a cero contra la Real Sociedad en Mendizorroza, la situación era muy distinta a la actual y nadie ponía en duda el trabajo de Machín o la capacidad de la plantilla para mantener la categoría.

En ese momento, el conjunto gasteiztarra había sumado 14 puntos en 12 jornadas y se encontraba en la mitad de la tabla, tres puntos por encima del descenso y a solo una victoria del Barcelona, que por aquel entonces ocupaba la séptima posición con 17 puntos. Ocho jornadas después, el Alavés solo ha conseguido sumar cuatro puntos más a su casillero y los blaugranas se encuentran a 19 puntos.

El Alavés vivió su mejor momento de la temporada entre la séptima y la duodécima jornada, cuando encadenó seis partidos consecutivos sin conocer la derrota. Ganó al Valladolid 0-2, empató contra el Barcelona en Mendizorroza 1-1, consiguió un punto en casa del Levante, quedó 2-2 contra el Valencia, ganó al Real Madrid 1-2 en Valdebebas y empató a cero contra la Real Sociedad en casa. Es decir, obtuvo 10 puntos en 6 partidos. Desde entonces, sin embargo, las derrotas han estado a la orden del día.

Caer contra el Huesca, que en todo lo que va de liga solo ha sido capaz de ganar al Alavés, fue un duro mazazo para el conjunto babazorro. Después, llegó otra derrota contra el Celta, 2-0 en Balaídos. El Glorioso pareció recuperarse contra el Eibar, al que superó 2-1, pero no fue más que un espejismo. Después llegaron el empate contra Osasuna 1-1 y las derrotas frente al Atlético de Madrid (1-2), el Cádiz (3-1), el Sevilla (1-2) y la reciente goleada del Real Madrid, 1-4 el día del centenario.

Con esta racha de resultados y únicamente 4 puntos obtenidos de los últimos 24 en disputa, no es ninguna sorpresa que el Alavés se haya visto abocado a ocupar un lugar en la zona delicada de la tabla. Con este ritmo de puntuación, resulta impensable lograr la permanencia al final de la temporada, por lo que urge cambiar la dinámica. El Alavés, que no ocupaba los puestos de descenso desde la sexta jornada, afronta las 18 jornadas restantes en una situación mucho más comprometida que la pasada temporada, en la que no logró la permanencia hasta la penúltima jornada y a estas alturas ocupaba la 14ª posición con 23 puntos, a 7 del descenso.