- Existía cierto temor en el Alavés a que la notable productividad goleadora exhibida por Lucas Pérez y Joselu durante la pasada temporada (11 goles cada uno) menguara este ejercicio bien por la edad (32 y 30 años respectivamente), bien por el mayor conocimiento de los defensores rivales -ambos llegaron el año pasado desde la Liga inglesa-, bien por lesiones o bien por bajones de rendimiento achacables a cualquier otro motivo.
El club era consciente de la excesiva dependencia de sus dos goleadores y de que adolecía de recambios adecuados en el banquillo toda vez que el sueco Guidetti se da prácticamente por irrecuperable. Por eso se fichó a Deyverson en cuanto se tuvo la oportunidad. Además de fomentar la competencia en los entrenamientos, el brasileño aporta mucho trabajo y también algunos goles como ha venido demostrando a lo largo de su carrera deportiva, también en su primera etapa como jugador alavesista (7 goles en la temporada 2016-17).
Deyverson todavía no ha mojado, pero ya se ha dejado ver en algunos partidos e incluso podría atribuírsele la mitad o más del gol anotado por Borja Sainz en Valladolid. Su sacrificio en el campo sigue fuera de toda duda. Otra cosa, está por ver, es si conserva su olfato goleador.
Quienes parecen haberlo recuperado a tiempo son Lucas Pérez y Joselu, los dos goleadores del Alavés en Valdebebas ante el Real Madrid. El penalti convertido por el primero y la habilidad del segundo para aprovechar un error de Courtois evidenciaron que la pareja de baile gallega ha vuelto.
Tras un comienzo de Liga algo titubeante, Lucas Pérez lleva ahora tres partidos consecutivos marcando. Todavía está lejos de sus mejores rachas. El año pasado encadenó hasta siete encuentros seguidos firmando goles, algo que ya había conseguido en el Deportivo de La Coruña allá por 2015.
Su serie sigue abierta. La Real Sociedad puede ser su siguiente víctima el próximo domingo.
A su lado, salvo que Machín plantee otra estrategia, volverá a incorporarse Joselu, uno de los mejores jugadores del Alavés en Valdebebas. Además del gol, que hay que meterlo pese a la pifia de Courtois, el gallego salió victorioso de casi todas las disputas aéreas con los jugadores del Real Madrid. Un referente que menguó gran parte de la creación de juego merengue mientras daba tiempo a sus propios compañeros a adelantar líneas y fijar posiciones.
Joselu había sido el autor del primer gol del Alavés en esta Liga, el que marcó de falta directa al Granada en la segunda jornada. No sirvió de mucho, salvo para engordar sus números, porque el conjunto nazarí acabó ganando el partido mediante el acierto de Soldado y Machís.
Desde entonces, 20 de septiembre, Joselu permanecía en el dique seco. Ninguna lesión ni enfermedad, de hecho solo se perdió el partido ante el Villarreal por su reciente paternidad y salió desde el banquillo ante el Barcelona. Simplemente, la pólvora se le había mojado.
Esta escasez de goles por parte de los delanteros titulares la ha notado el Alavés a pesar de que Edgar, Ely, Pina, Borja Sainz, Luis Rioja y Ximo Navarro han contribuido con un tanto cada uno a la productividad ofensiva del equipo. Curiosamente, el conjunto vitoriano ocuparía ahora en la clasificación de la Liga el mismo puesto (13º) si se tuvieran en cuenta los puntos (13), los goles a favor (11) o los goles en contra (13).
Las cuentas van saliendo una vez consumidas las once primeras jornadas, aunque aún van muy justas para considerar al conjunto vitoriano fuera de peligro. El optimismo, no obstante, va creciendo a medida que la pareja gallega va bailando.